Revista Sociedad

Turismo: la maldición que nos merecemos

Publicado el 23 julio 2017 por Bloggermam

Turismo: la maldición que nos merecemosEste verano nos estamos encontrando varias noticias relacionadas con el turismo que pueden parecer contradictorias. Por un lado el gobierno, bien pagado de sí mismo, pregonando a los cuatro vientos que va a ser un año record en cuanto a visitas de turistas. Los hoteleros quejándose de los apartamentos turísticos que alquila particulares, ya sea por su cuenta y riesgo, o por cuenta de portales de internet que lo organizan todo por una módica cantidad de dinero. Y por último, los habitantes de las zonas turísticas protestando porque están hasta el gorro de ser invadidos por una horda de ruidosos, borrachos, mal educados que no respetan la vida de los lugareños.

Todo ello es el resultado de ser uno de los países más pobres de entre los ricos, es decir, ricos por que no nos morimos con 30 años tirados en la calle una enfermedad, pero pobres porque carecemos del tejido productivo moderno necesario para sustentar una sociedad rica. Y lo que es más triste, pobres de espíritu y de ideas.

El turismo fue la receta fácil para sacar de la miseria a España cuando estábamos muriendo literalmente de hambre. Una puerta fácil a dinero extranjero, con el que poder mal comer todos los días. Los ricos venían a España a ser atendidos por unos muertos de hambres que les consentían cualquier cosa, a cambio de que los ricos aflojaran el bloqueo económico al que se estaba sometiendo al régimen golpista de Franco. Algo estupendamente ilustrado por la frase de José Luís López Vázquez “un admirador, un esclavo, un amigo, un siervo”, y por unas cuantas películas casposas de la época en las que el turismo era el maná llovido del cielo que nos merecíamos por ser la pera limonera. Por suerte la dictadura fue evolucionando hasta el sistema políticos que sufrimos en la actualidad, pero la mentalidad de la época ha quedado grabada a fuego. Ya sea porque el poder económico sea detentado por los mismos ahora que hace 60 años, o porque haya algún extraño virus en el ambiente que por un lado nos vuelve idiotas y por el otro nos impide aprender inglés.

España sigue funcionando igual de mal que décadas atrás, “que inventen ellos” que decía Miguel de Unamuno. Los empresarios no están interesados en conseguir que haya un tejido empresarial eficiente; investigando, consiguiendo patentes, pensando en expandirse a nivel global y competir con todo el mundo de forma eficiente. Los empresarios no quieren tener trabajadores cualificados, bien pagados. El talento emigra para ser productivo en los países que nos cobrarán por el uso de investigaciones e inventos realizados por españoles de nacimiento. Es emigración es buena para le gobierno porque al tiempo que reducen el paro, se quitan de en medio ciudadanos con la suficiente capacidad para cantarles las cuarenta. La ley del mínimo esfuerzo empresarial basado en mano de obra casi esclava funciona, ¿para qué esforzarse? El turismo es la mayor empresa de España y no hace falta nada más que un gobierno que te ayude, y que impida que en el negocio entre quién no ha sido invitado a la rica tarta. Así, los dirigentes dictan leyes para abaratar los costes de los trabajadores, y facilitar que el empresario obtenga mayores márgenes, bajando los precios y siendo los trabajadores quienes soporten esa rebaja.

Además el gobierno se encargará de perseguir a aquellos osados ciudadanos que quieran obtener el mismo rendimiento que hoteles y empresarios hosteleros, alquilando sus propiedades para el turista tacaño. ¿Quienes se han creído? A este paso querrán tener los beneficios fiscales de las empresas o incluso corromperse como los políticos -sic-.

Todo esto más o menos es lo que hemos tenido hasta hace unos años. El turismo era bien recibido por la población, porque el gobierno ensalzaba la llegada de turistas por sus canales de difusión de propaganda, los empresarios involucrados en ello no se quejaban y los trabajadores seguían igual de esclavizados y la temporada estival les permitía subsistir un año más.

Sin embargo, hace unos pocos años, los turistas dejaron de gastar tanto dinero por persona. Había destinos más competitivos en cuanto a precio como Croacia, Turquía o buena parte del Norte de África. Y los precios españoles se estaban empezando a igualar con los de otros países europeos. Es curioso que los precios en España cada vez se vayan pareciendo más a los de otros países de la Unión Europea, pero lo salarios cada vez se parezcan menos -más sic-. ¿Cual sería la solución brillante de cualquiera que use casi todos los dedos de la mano para contar? Pues bajar los precios, traer más turistas y de este modo el margen que me queda es todavía más grande. Ea! Pues a por ellos que son guiris y sólo quieren sol y fiesta.

En definitiva, hemos bajado el nivel del turismo, ya no llegan adinerados y condescendientes extranjeros que saben que les estás timando pero no les importa, ahora llegan hordas de poligoneros que tienen el dinero justo para sus drogas y comida basura. El precio siempre hace una criba y lo hemos bajado de forma que turistas, que incluso en sus lugares de residencia no deben de ser bien considerados, se vienen a España por poco dinero a dar rienda suelta a toda la agresividad, adicción a drogas sociales y estupidez de la que puedan dar cuenta en unos pocos días. El resultado es que zonas turísticas que antes simplemente estaban atestadas de gente y de pícaros ladronzuelos made in Spain, ahora son zonas de guerra en las que no se atrevería a entrar ni el increíble Hulk.

El turismo se ha convertido en un doble infierno. Por un lado, el más importante, el que perpetúa la miseria de todo el país, por culpa de empresarios mediocres y miserables, apoyados por políticos corruptos. Y por otro lado el infierno local de las zonas en las que el turismo se ha degradado para el beneficio de unos pocos convirtiendo la vida de los habitantes locales en una pesadilla, de ruido, basura, delincuencia y vandalismo. Lamentablemente muchos de los que se quejan jamás se darán cuenta del porqué, y corearan las consignas de los que encuentren algún chivo expiatorio ad hoc.

No me quiero ni imaginar el helado infierno económico en el que se convertirá el hispano paraíso de playas y juerga cuando se pueda volver a viajar cómodamente a otros lugares del Norte de África con el mismo Mediterráneo y con mano de obra todavía más barata que aquí. Lugares que usarán el turismo como forma de abrir sus regímenes militares al fácil dinero extranjero.

Y toda esta barbarie turística nos la merecemos, porque continuamos apoyando, votando y asintiendo las medidas políticas encaminadas a hacer de España un país de serviles, dóciles y sufridos camareros. Sangría, tapas y olé.

KeAGustitoMeKedao


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