La pequeña población de Argomaniz es conocida por albergar el palacio renacentista de los Larrea, del siglo XVII, que desde el año 1978 acoge el Parador Nacional de Turismo de Argómaniz. En este palacio durmió Napoleón antes de iniciar su asalto a Vitoria.
Palacio de los Larrea (Parador Nacional) by ©Wikipedia
El clima de Argomaniz
Argomaniz, o Argómaniz en vasco, disfruta de un clima de transición entre el oceánico y el clima mediterráneo, pero con predominio atlántico. Los veranos son algo húmedos, mientras que los inviernos son fríos, contando con intensas heladas. En cuanto a las temperaturas, en los meses invernales oscilan entre los -5 y los 16 grados, y en verano pueden llegar a los 37 grados. La nubosidad es habitual a lo largo de todo el año, con lluvias repartidas entre la primavera, el invierno y el otoño.
Qué ver en Argomaniz
Paseando por las calles de Argomaniz descubriremos lugares como la parroquia de San Andrés, cuya construcción se realizó entre finales del siglo XV y principios del XVI. Es de planta de cruz latina, y cuenta con una capilla adosada al brazo izquierdo del crucero.
Parroquia de San Andrés by © Belén Valdehita
Su Parador Nacional es también de interés monumental, ya que está ubicado en el Palacio de los Larrea. Desde este magnífico edificio renacentista obtendremos unas magníficas panorámicas de la Llanada Alavesa, de la sierra de Gorbeia y del pantano de Ullíbarri-Gamboa. Sobre su fachada podremos ver el escudo de la familia Larrea, y en el interior se conservan los grandes y elegantes salones, decorados con mobiliario y adornos muy antiguos.
Interior Palacio Larrea by ©Wikipedia
Escudo Familia Larrea by ©Wikipedia
Comer y dormir en Argomaniz
Como en cualquier localidad del País Vasco, comer en Argomaniz es un auténtico placer. En esta localidad alavesa podremos degustar ricos pintxos tradicionales, como los de lechuga y jamón, el de cangrejo con gambas o los de huevos rellenos.
Entre los platos más típicos de esta zona se encuentran las habas a la vitoriana, con jamón y tocino; la fritada de pimientos, las alubias pochas, los caracoles en salsa o la purrusalda, un caldo elaborado puerros. En cuanto a los postres, hay que probar el goxua, un bizcocho con crema, nata y caramelo; el arroz con leche o los canutillos fritos.
En el parador de Argomaniz cuentan con un menú-degustación de lo más tradicional. Incluye los Euskadiko Pintxoak, tres pinchos fríos y tres calientes típicos del País Vasco; una milhojas de lubina con verduras y salsa de crustáceos y sagarra en texturas, y de postre tatín, compota y sorbete de manzana verde a la sidra. Para maridar, un excelente vino Txacolí.
La oferta de alojamiento de Argomaniz incluye el Hotel Parador de Argomaniz, de cuatro estrellas. Junto a la gasolinera de la autovía también encontraremos el Bar Hostal Restaurante Ola-Ona, que ofrece una amplia carta y menús variados.
La oferta turística de Argomaniz
Después de todas estas pistas, queda claro que Argomaniz es un excelente destino rural. Falta hablar de su magnífica oferta de naturaleza. La localidad está rodeada de numerosos senderos, adaptados para todos los públicos y edades. Se hallan repartidos por el Parque Natural del Gorbea. Uno de los recorridos más recomendables es el que sube hasta la famosa Cruz del Gorbea, que se encuentra en la cima del monte más alto y emblemático del País Vasco.
Otra interesante propuesta son las rutas en bicicleta alrededor del pantano de Ullíbarri, que dispone de un trazado destinado a este deporte. También se puede llegar en bicicleta hasta las balsas de Salburua, situadas en el anillo verde que rodea Vitoria.
Desde Argomaniz se pueden realizar excursiones a la cercana localidad de Estibaliz, que cuenta con una pequeña basílica, y a los bonitos pueblos del valle que va desde Ozaeta a Salvatierra. En todos ellos encontraremos bonitos cascos medievales con muchos palacios, casas señoriales e iglesias-fortaleza.
Cruz en el Monte Gorbea by © Belén Valdehita
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Autor: Belén Valdehita
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