Revista Opinión
Turquía busca supervivientes del terremoto
Publicado el 26 octubre 2011 por Mklnoiticias @mikelsecada
ERCIS, Turquía (Reuters) - Equipos de rescate sacaron con vida a un bebé de dos semanas de entre los escombros de un edificio derrumbado el martes, mientras continúa la búsqueda de supervivientes del terremoto que sacudió al este de Turquía y dejó al menos 432 muertos y miles de personas sin hogar.
También la madre y la abuela salieron con vida en camillas, ante los gritos de júbilo de los mirones que seguían el dramático rescate bajo la fría lluvia.
Sin embargo, las esperanzas de encontrar personas vivas bajo las toneladas de escombros se diluyen a medida que pasan las horas y los equipos extraen más cadáveres.
La cifra de muertos del terremoto de magnitud 7,2 ascendió a 432 respecto al número anterior de 366, según la Administración de Emergencias de Desastres. Es probable que la cifra final siga subiendo, ya que hay muchos desaparecidos y 2.262 edificios se han derrumbado.
Miles de personas durmieron por segunda noche en tiendas de campaña hacinadas, alrededor de hogueras y en coches en toda la provincia de Van, cerca de la frontera con Irán, que ha sufrido varias réplicas del seísmo.
Las víctimas acusan al Gobierno central de lentitud en la entrega de ayuda en la región, habitada por la minoría kurda, Ankara ha anunciado el envío de más tiendas de campaña y mantas. En algunos centros de distribución se produjeron peleas entre víctimas desesperadas por hacerse con un tienda de los abrumados trabajadores de ayuda.
"No tenemos tiendas, todo el mundo está viviendo a la intemperie. Van se ha derrumbado psicológicamente, la vida se ha detenido. Decenas de miles están en la calle. Todo el mundo está en pánico", dijo Kemal Balci, un trabajador de la construcción, mientras esperaba noticias sobre amigos heridos en un hospital de la ciudad.
"La ayuda ha ido llegando tarde. Van ha quedado reducida a cero. No tenemos trabajos, ni pan, ni agua y somos nueve en mi familia. Si el Gobierno no le echa una mano a Van, va a ser como Afganistán. Van ha retrocedido 100 años", agregó.
El terremoto, el más poderoso que sufre Turquía en una década, es un nuevo problema para los kurdos, el grupo étnico dominante del empobrecido sureste de Turquía, donde más de 40.000 personas han muerto en los 30 años de insurgencia separatista.
En una escalada de las hostilidades, aviones de guerra turcos atacaron objetivos durante la noche en el norte de Irak, donde los milicianos separatistas tienen bases.
Unos 500 soldados han cruzado la frontera con vehículos acorazados tras el ataque realizado la semana pasada por combatientes del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) en el que murieron 24 soldados turcos, según fuentes de seguridad.
Los esfuerzos del rescate se centraban en Ercis, una localidad de 100.000 habitantes que fue la más afectada, y en la capital provincial de Van, que tiene una población de 1 millón.
BEBÉ "MILAGRO"
Trabajadores de emergencia rescataron el martes a una niña de dos semanas, dos días después de quedara enterrada junto a su madre debajo de un bloque de apartamentos.
La madre, que también estaba viva, sostenía a la pequeña contra su pecho cuando fueron encontradas por los trabajadores de rescate, que además liberaron a la abuela con vida.
"Vamos a sacarlas pronto", le aseguró un rescatista a la otra abuela del bebé, cuyos ojos se cubrieron de lágrimas de alegría por la noticia de que su nieta estaba viva.
En otros puntos de la región, los agotados trabajadores de rescate empleaban máquinas, martillos, palas, picos y las manos desnudas para buscar entre los escombros. De vez en cuando pedían silencio para escuchar a las voces de los que gritaban desde abajo de los restos.
La Media Luna Roja dijo estar preparando refugio temporal para alrededor de 40.000 personas, aunque no había cifras fiables sobre los que han quedado sin techo. Muchos residentes pasaron la noche en la calle, con miedo a regresar a sus hogares dañado.
Las autoridades dijeron que 12.000 nuevas tiendas de campaña llegarían a Van el martes después de las quejas de que familias enteras estaban hacinadas en las tiendas. Se ha criticado a las autoridades por no asegurarse de que algunos de los más necesitados, especialmente en los pueblos, recibían tiendas antes de que cayera la temperatura por la noche.
"La vida se ha convertido en un infierno. Estamos fuera, hace frío. No hay tiendas", dijo Emin Kayram, de 53 años, sentado ante una hoguera en Ercis tras pasar la noche con su familia de ocho miembros en una furgoneta aparcada cerca. Su sobrino estaba atrapado en los escombros de un edificio a su espalda, donde trabajadores de rescate trabajaron durante la noche.
"Tiene 18 años, un estudiante. Aún está atrapado ahí. Este es el tercer día, pero no puedes perder la esperanza. Tenemos que esperar aquí", dijo.
REUTERS/Por Jonathon Burch y Seda Sezer/