Tussam contra la voluntad de un alcalde

A día de hoy, 4 de julio, y a esta hora, la 12:30, la gran mayoría de los empleados de Tussam no han cobrado sus nóminas correspondientes al mes de junio. La transferencia de dinero del Ayuntamiento llegó el jueves pasado, sin embargo el ingreso en la entidad bancaria encargada de distribuir las nóminas no se efectuó hasta el viernes día 1 de julio. Se desconoce el motivo por el que dicho ingreso se retrasó un día con los perjuicios que acarrea a una plantilla de más de mil trabajadores. Tampoco quién dio la orden de no hacerlo inmediatamente, como procede.

En su época de oposición, el ahora alcalde Juan Ignacio Zoido afirmaba cuando se le preguntaba sobre los constantes retrasos en el cobro de la nóminas que el dinero existía, puesto que las partidas estaban debidamente consignadas y que la demora se producía porque alguien del Ayuntamiento así lo quería o bien desviaba el dinero a sufragar otros gastos que no eran los del personal de la empresa.

Zoido es ahora el alcalde de la ciudad y el dinero y la puntualidad en los pagos se siguen retrasando. La causa ahora, obviamente, no se encuentra en el ayuntamiento, que hizo la transferencia en tiempo y forma, tampoco en desiertos y montañas lejanos. El problema está en el seno de Tussam y en la peculiar manera en la que se está gestionando la empresa desde la dirección.

Sería deseable que el alcalde averiguara la razón de este nuevo retraso que ha hecho posible que la gran mayoría de los empleados que cobran a través de las cajas de ahorros todavía no tengan su salario del mes pasado. Porque, de seguir así las cosas, se corre el peligro de que arraigue la sensación de que en Tussam, a pesar de que ha cambiado el signo del equipo que dirige el ayuntamiento, las cosas continúan igual, como si fuera un reino de taifa en el nuevo organigrama municipal.

No es saludable que la cabezonería tozuda de la resistencia interna pueda con la voluntad de un alcalde.