Foto: Las bombillas Twist de LED de Astro incluirán un altavoz inalámbrico para el ‘streaming’ musical.
Una start-up añade pequeños altavoces a las bombillas, que cree que facilitarán el streaming inalámbrico de música en casa sin requerir el uso de más enchufes eléctricos y sin ocupar espacio en encimeras u otras superficies.
En junio, la empresa Astro de Nueva York (EEUU) empezó a recibir pedidos anticipados de un dispositivo llamado Twist, que consiste en una bombilla que incorpora un altavoz inalámbrico que utiliza la tecnología AirPlay de Apple para realizar el streaming musical por wifi desde iPhones, iPads y ordenadores Mac. La bombilla altavoz, que se enrosca en una toma de luz de tamaño estándar, contiene LED blancos y amarillos, cuya luminosidad se coordina de forma inalámbrica con otras bombillas que sólo contienen LED. Astro, que planea empezar a distribuir los dispositivos a principios del año que viene, dice que el paquete inicial, que contiene dos bombillas LED, una bombilla altavoz y un mando regulador de intensidad costará unos 399 dólares (lo que equivale unos 362 euros), pero se ofrecerá durante dos meses al precio promocional de 249 dólares (unos 226 euros) para animar a los consumidores.
Mientras que empresas como Philips Hue se concentran en la automatización y personalización de las bombillas, Twist es una de las pocas que apuestan por la bombilla como un conducto para el audio inalámbrico. La empresa dice que sus planes también abarcan la inclusión de funcionalidades adicionales en el futuro.
La empresa se introduce en un mercado creciente pero quizás también volátil: la agencia de análisis de mercado Gartner estima que existen 294 millones de dispositivos domésticos interconectados como luces, cerraduras y sensores de movimiento inteligentes, y prevé que esta cifra se eleve por encima de 1.000 millones para el año 2017. Pero Argus Insights, que también realiza análisis de mercado, dijo en un informe reciente que la demanda de dispositivos domésticos interconectados cayó durante la primera mitad de año y en mayo se colocó en una cifra el 15% más bajo que durante el mismo período del año pasado – una señal de que los consumidores pueden estar cansándose del número en aumento continuo de dispositivos automatizables disponibles.
Shaun Springer, que fundó Astro hace un año, cree que el producto encontrará un nicho facilitando que las personas añadan más dispositivos interconectados en sus casas – particularmente en espacios pequeños como pisos, donde la gente a menudo está de alquiler y puede ser reacia a la instalación de interruptores o cableados.
Springer anteriormente trabajaba como programador para la empresa de automatización doméstica Crestron Electronics, donde dice que recibió algunos dispositivos electrónicos caros como premio al buen rendimiento, como un amplificador valorado en 20.000 dólares (unos 18.000 euros) y un sistema de sonido envolvente. No podía utilizar estos dispositivos en su pequeño piso porque el ruido molestaba a sus vecinos, dice, y después de trasladarse a un piso aún más pequeño, vendió los equipos y utilizó los beneficios para fundar Astro (la empresa también dispone de financiación por parte de fondos de capital riesgo, aunque no ha divulgado públicamente a los inversores ni las cantidades aportadas).
La música es reproducida por wifi mediante AirPlay; el usuario puede elegir las apps que quiere incluir en el mando. La luminosidad de las bombillas es controlada mediante Bluetooth de bajo consumo y un protocolo propietario que Springer afirma se puede colocar a distancias de hasta 30 metros. Se necesita de una app para la configuración inicial de las bombillas Twist, dice.
Springer me hizo una breve demostración en la que una bombilla altavoz Twist y un par de sencillas bombillas LED se introdujeron en unas lámparas de mesa. Reprodujo trozos de varias cosas distintas por el altavoz: la canción MC’s Act like They Don’t Know de KRS-One, la canción Taylor de Jack Johnson, y parte de un audio de meditación. A un volumen relativamente alto, tanto la música como la palabra hablada sonaban bien, aunque algo enlatadas. El color y la luminosidad de las bombillas, controlados por el mando, permanecieron sincronizados según los ajustaba Springer, y cuando apagó una, ajustó otra y volvió a encender la primera volvieron a sincronizarse de inmediato.
Via| MIT Technology Review.
Publicado Po +Ángel Leonardo Torres