Esta historia comienza en marzo de 2015, cuando nuestra fundación dio cupo a 6 perritos rescatados que estaban en ‘otra’ fundación que creía que ayudar era amontonar perros en un lote, abandonados a su suerte y con muy poca comida.
Entre esos 6 perritos venía Twister, en un principio pensamos que era un perrito viejito. Su mirada triste y su cobardía no ocultaban las ganas con las que se aferraba a la vida. En ese momento Dayeni Basabe y los voluntarios de la fundación Huellas decidimos entregarlo todo por el y por sus 5 amigos.
Comenzamos con un proceso riguroso en donde lo interveníamos 3 veces al día, alimentándolo e hidratándolo. Muchas veces se mostraba agresivo pero poco a poco fue confiando en nosotros y en solo un mes comenzamos a descubrir a un animal bondadoso y hermoso que pronto cumpliría con su misión de vida.
Antes de tiempo y en contra de todos los pronósticos Twister fue el primer perrito en salir de la cuarentena y de reintegrarse a la manada. Todos, incluso nosotros estábamos nerviosos de ver que pasaría, pero cuando Twister salió su adaptación fue inmediata y no solo el sino todos los demás perritos estaban feliz de conocerlo. Resultó ser que Twister era un cachorro al que la vida lo había convertido en viejo antes de tiempo.