Twitter, tienes un problema

El otro día entré en Twitter. Pues yo que sé, me dio por ahí. Hacía tiempo que no estaba yo en la plaza de ese pueblo y, después de la muerte del subsahariano en el "asalto masivo a la valla de Melilla", como dicen los periódicos de cabecera, estaba yo caliente y quise ver qué se cocía. Pero antes, una pregunta: ¿asalto masivo es que 300 personas intenten atravesar 12 kilómetros de valla de 6 metros con concertinas? No tenemos la misma idea de "masividad" El País, El Mundo, la otra mitad de los medios de comunicación españoles, y yo.

Bueno, que me lío y me desvío. No sé en qué momento, en qué puto momento, empecé a leer comentarios. A ver, no soy nuevo en esas lides, pero sí era masiva mi desesperación, mi asco y mi impotencia.

No pensé en ningún momento ¡ah, claro, es que eso es Twitter! Solo trataba de procesar cientos de comentarios racistas y xenófobos, que incluían patria, territorio y negros de mierda. Personas (porque ojo, en Twitter escriben personas, no alienígenas) que mostraban un desprecio absoluto por una muerte vergonzosa y que se alegraban de que en España hubiese un negro menos.

Con el tiempo he desarrollado una mayor tolerancia a ciertas posiciones. Sí, yo voy al revés que todo el mundo. Cuando más viejo, más tranquilo. Lo hubiesen flipado si llegan a conocerme con 20 añazos, el pelo por el culo y una carga masiva de insoportabilidad. Pero con lo que no puedo, radicalmente no puedo, y me niego a poder, es con actuaciones racistas y xenófobas.

¿Que crees que eres mejor porque tu madre te parió en un determinado sitio del mundo? Tienes un problema.

¿Que crees que por haber nacido ahí esa tierra te pertenece? Tienes un problema.

¿Que crees que el color de tu piel, tu acento o tu idiosincrasia te dan un estatus superior? Una cosita: tienes un problema. Uno muy gordo.

Twitter, tienes un problema.