Ahora que se acercan ya las vacaciones, al menos en mi caso, siempre encuentro un motivo (o más bien excusa) para acercarnos a Artxanda, un día que haga bueno, y disfrutar de una buena comida en el Txakoli Simón.
Aunque está abierto todo el año para mi tiene un encanto especial acercarse con buen tiempo, cuando puedes pedir ¡¡por supuesto¡¡ la fantástica chuleta (en mi opinión de las mejorcitas), comer fuera, en las mesitas de la campa o en la terraza y terminar con la copita....
Un plan insuperable.