El vino y la politica hacen una rara combinación pero en España y en el resto del mundo se da, el mundial de futbol de Sudafrica relanzo el vino sudafricano y fue la piedra angular de la promoción de un pais que hizo del vino su imagen ante el mundo,tambien podemos recordar el boicot a la Cava por el asunto de la candidatura olímpica de Madrid o el boicot de los vinos franceses en Estados Unidos en el año 2003 como represalia por el no apoyo de los franceses a las politicas de Busch, es que los vinos por provenir de la la tierra que es donde se forja la nacionalidad toman una primordial importancia para sus gentes, el vino nacional se convierte en un simbolo, es la quinta esencia del pais, de lo que son o llegaran a ser, el vino y la tierra que lo produce se identifican tanto que se convierten en una empresa comun, los vascos necesitan afianzar su nacionalidad y esto es precisamente lo que sucede con la disputa ideologica por el nombre, que es Chacolí en Burgos y Txakoli en el pais Vasco.
El Txakoli es todavia un proyecto muy joven que aunque tenga raices ancestrales no ha llegado todavia a alcanzar niveles de aceptación que lo conviertan en un bien apetecido mas haya de San Sebastian, yo impulsaria el chateo para beber el Txakoli, en estos platos pandos la frescura del vino se fortalece y la acidez de alguna manera se neutraliza al no profundizar la nariz en sus aromas.