Revista Fútbol

U. r .u. g .u. a. y. o

Publicado el 29 abril 2011 por Bokeron
U. R .U. G .U. A. Y. O
Al Málaga siempre le fue bien con un uruguayo en sus filas. De hecho, dicen futbolistas ya en el retiro que a los portugueses les cuesta mucho implicarse en la dinámica de un vestuario y que tener un argentino o un charrúa en el grupo es sinónimo de liderazgo. La efervescencia de Darío Silva marcó de por vida la forma de entender cómo un delantero puede valer tanto por sus goles como por su trabajo. De los Santos se erigió como uno de los grandes líderes del Málaga contemporáneo. El Gato Romero se dejó la rodilla en el campo y la garganta en el vestuario. Diego Alonso garantizaba unos entrenamientos tan competitivos como divertidos. El Chengue Morales, tan denostado de corto, tiraba del grupo en los malos y en los peores momentos... Sebastián Fernández pertenece a esa estirpe. La ciudad ya lo sabe.
Para Pellegrini era un suplente indiscutible y el primer revulsivo hasta que la lesión de Julio Baptista le convirtió en un asidero para el chileno. Ahí cambió su estrella:
El retorno del brasileño amenazaba su titularidad, pero el técnico blanquiazul reinventó sus planes para aunar el reactivo con Baptista y la justicia al buen trabajo del uruguayo. El resultado, uno de los mejores partidos de la campaña con goles repartidos entre ambos. Lo que no cambió fue que acabó de nuevo sustituido; ante el Mallorca ocurrió por décima vez esta temporada. Algo que habitualmente no gusta a un futbolista pero que se agradece con ovaciones en La Rosaleda, cuyo espíritu de fácil reconocimiento canaliza a la perfección la combatividad de los charrúas.

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