Revista Cine
Director: Oliver Stone
El sueño existe y es un verdadero factor para arruinarte una película. Hace un par de semanas quise ver "Natural Born Killers" pero a la hora estaba cabeceando, no podía más. Volví a verla hace un par de días y como si nada, estaba en plenitud de mis facultades, e incluso la parte innegablemente cansina de aquella película (cuando a los protagonistas les da por pelear e irse con un indio en mitad del desierto) fue un escollo que pude enfrentar sin bostezo alguno. Hoy estaba viendo algo pero no podía concentrarme, de nuevo estoy durmiendo mal, quedándome dormido tarde (a pesar de que me acuesto poco antes de la medianoche... ¿muy tarde aún?) y despertando múltiples veces en la mañana gracias a los perros y los autos ruidosos, en especial uno que tiene la correa mala y cada vez que se prende el motor se oye un agudo chillido que se extiende durante dolorosos sesenta segundos. Así que dejé de ver lo que estaba viendo, no sin maldecirme a mí mismo y deseando vivir en medio de un bosque, y me fui a tomar una siesta. Soñé con una película que no existe, sobre mafiosos y esposas, hasta sonaba una canción que me maravilló, pero ahora no puedo recordar ni la melodía ni la letra, que era en inglés (siempre olvido las bandas sonoras de mis sueños). Terminada esa película, soñé que andaba de vacaciones con unos alemanes verdaderamente cerdos para sus cosas, sin el más mínimo pudor. Tal ambiente también me contagió a mí y de repente me reía, como si fuera el no va más, de los chistes nazis que la gente lanzaba en contra de una mujer negra que andaba por ahí. Mi "yo" del sueño, el personaje, lo pasaba bien, pero mi "yo" espectador estaba estupefacto y algo repugnado. Todo esto lo soñé en la hora y cuarto que dormí. Hay noches enteras en que no sueño ni mierda, o, en su defecto, sueño alguna mísera escena. En eso desperté porque me estaban llamando al celular, seguramente esta gente de WOM que me quiere ofrecer nuevos planes telefónicos, pero yo no contesté; nunca contesto números que no conozco. No debería ni tener celular. Más encima desperté con náuseas y un poco de dolor de cabeza. Es el maldito calor, este maldito calor. Ahora, pasadas las diez, me siento algo más despierto; bonita hora para estar despierto... Podría ser peor: podría ser Sean Penn en "U Turn".
Maldito calor: te detesto, te desprecio, te aborrezco con toda mi tórrida y candente alma.
Y con el calor casi como personaje entramos en Superior, aislado y árido pueblo ubicado en mitad del desierto al que también llega un Sean Penn que parece condenado a vagar en las entrañas de este lugar maldito. Al pobre se le descompone el auto, un orgulloso Mustang de los sesenta, y como el mecánico local, un genial Billy Bob Thornton, pone más trabas que arreglos, Penn, quien, por lo demás, adeuda una importante cantidad de dinero a un mafioso con poca paciencia y capacidad de comprensión, decidirá matar el tiempo por ahí sin ver venir el mar de problemas que llega para hacerle la vida imposible, insoportable, como si el destino se estuviese burlando de él o como si el sol, fuente de calor y dolores de cabeza y sensaciones de mareo, quisiera hacerle pagar esa ofensa que es usar lentes de sol bajo su furiosa e inclemente presencia.
"U Turn" (a propósito: primera película de Oliver Stone que comentamos por acá) es un thriller neo-noir western contemporáneo que se vale de los acontecimientos que atormentan al protagonista (más o menos lo típico: maridos que quieren matar a sus esposas, sheriffs pseudo-fascistas, azarosos hechos de violencia; pero ejecutado con negrísima ironía) para crear una atmósfera como de maldición eterna, como de película de terror en donde se invoca algún espíritu maligno encargado de maltratar física y psicológicamente al protagonista sin descanso alguno, sólo que al horror fatalista se le da un ácido giro hacia el absurdo y el patetismo. Así, con esta estética sudorosa y polvorienta, en donde fluyen generosamente la sangre y el dinero fantasma, "U Turn" es una delirante historia en donde los espíritus de la tierra deciden mear sobre el pobre Sean Penn, que mientras más trata de salir, más hondo y profundo va cayendo, presa de las seductoras garras de tu vecina la muerte.
La fenomenal fotografía está a cargo de Robert Richardson, quien ha colaborado con Oliver Stone ("JFK", "Natural Born Killers", "Wall Street", entre varias otras), Martin Scorsese ("Casino", "El aviador", "Shutter Island", entra varias otras) y Quentin Tarantino ("Kill Bill", "Bastardos sin gloria", "Django sin cadenas" y "The Hateful Eight", ¿y quizás lo próximo que se viene?). La película está basada en una novela de John Ridley, quien se encarga también del guión (fue guionista de la mediocremente escrita "12 Years a Slave", además de ser el creador de la serie "American Crime", la que sí recomiendo), y el sensacional reparto está compuesto por el mismo Penn, Nick Nolte, Jon Voight (me costó reconocerlo), Powers Boothe, Joaquin Phoenix, Claire Danes (adivinen por cuánto tiempo estuve confundiéndola con Claire Denis), el mencionado Thornton, y por ahí se ve a una veinteañera Liv Tyler. También está Jennifer Lopez, maldita sea...
Película delirante, jocosa, desenfadada, implacable... "U Turn" es una de las experiencias más curiosas y satisfactorias que se puede encontrar dentro de los últimos 25 años de cine estadounidense, una más que interesante y esquizoide revisión a los códigos del noir y del western, e incluso a ese concepto tan inefable como el sueño americano, sólo que acá sería la pesadilla americana: si el sueño es el cielo, la pesadilla conduce al infierno......usen bloqueador solar y condón anti-rayos UV...