PRIMERA PARTE
El barrio de Pescadería y el arraigo de la izquierda radical.
Un curioso caso de supervivencia en la Transición almeriense (1974-1984)
Fernando Díaz Haro G.I. ESTUDIOS DEL TIEMPO PRESENTE
El objetivo de esta comunicación es exponer las singulares características que ofreció el popular Barrio de Pescadería durante la Transición almeriense y del inusual arraigo de una fuerza política de extrema izquierda que logró sobrevivir y adaptarse a las peculiaridades de la barriada. Intentaremos exponer cuáles fueron los motivos que le permitieron sobrevivir con éxito, mientras los demás partidos de la izquierda radical desaparecían uno tras otro en un breve espacio de tiempo.
Almería, una provincia atrasada con condiciones sociales y materiales próximas a las del Tercer Mundo
A mediados de los setenta la provincia de Almería presentaba unas características socioeconómicas contradictorias, manteniendo índices propios del subdesarrollo: un 45,56% de la población activa se empleaba en el sector primario, el sector industrial contaba con el 9,40% y el sector de la construcción el 9,97%. Así mismo, por ingresos per cápita ocupaba el puesto número 40 de las provincias de España y el saldo migratorio todavía era negativo en 1975.
Almería era una población tranquila, con una percepción negativa de sí misma, en la que la escasez de agua y la suciedad eran las quejas que más se repetían entre la población. Formaba parte de la vida cotidiana de la capital el humo del vertedero de basura de la Barriada de los Almendros (Simago, como era denominado popularmente por la población del barrio de los Almendricos), el polvo de las chimeneas de la empresa minas de Gádor, el humo amarillo de EL Ingenio o el mal olor de la fábrica de celulosa. La provincia sufría los efectos negativos de la crisis económica con una subida de precios de un 127% entre 1968 y 1976 y en 1977 de un 22,2%. El paro se disparó pasando de 1.552 desocupados en 1971 a 6.096 en 1976, especialmente en el sectores de la construcción y agrícola.
La estructura empresarial estaba constituida principalmente por pequeñas empresas del sector servicios, sólo 20 empresas superaban los 50 trabajadores, y las que pasaban de 100 eran únicamente 8. Esto explica la casi inexistencia de un movimiento obrero y la escasa conflictividad laboral provincial. Durante el bienio 1974-1975, en Almería sólo se perdieron 200 horas en huelgas mientras que en el mismo periodo en Murcia fueron 14.383 y en Málaga 769.960. Al igual que en otros lugares sin industrializar, las primeras actividades opositoras surgieron en el ámbito estudiantil, mas que en medios laborales.
Por otra, existían otros indicadores que, a su vez, mostraban un crecimiento y desarrollo de la economía, como la duplicación del número de vehículos de turismo o de teléfonos entre 1970 y 1975, o el crecimiento constante de la producción de hortalizas, que ya en 1976 había logrado ser el mayor de todo el país con 6.500 millones de pesetas de facturación, lo que estaba provocando una explosión urbana y agrícola en el poniente almeriense en poco más de cinco años.1
El barrio de Pescadería un ámbito marginal en la ciudad de Almería
El barrio de Pescadería era una zona marginal de la ciudad, desde hacía bastante tiempo se había asentado en él una población de escaso recurso cuya ocupación principal era tripular los barcos de la flota de bajura de Almería. Era un barrio pobre que se extendía desde los cerros de la Sierra de Gádor, que limita la ciudad por el Este, hasta las laderas de la Alcazaba. Su peculiar problemática y su pobreza le habían conferido una marcada conciencia de barrio.
En la parte alta se localizaban las casas con peores condiciones de vida y la más deteriorada del barrio (Camino de la CAMPSA, Cuevas del Callejón, y Cuevas de las Palomas),2 esta parte estaba habitada principalmente por población gitana., que vivía en cuevas o en casa muy pequeñas, no tenía trazado urbano de calles ni asfalto. No había agua ni desagües. En las laderas de los cerros se formaron algunos vertederos de basura improvisados, pues no disponían de recogida de basura y tenían solamente dos contenedores para la zona.
Sólo existía una fuente pública situada en la parte baja del barrio, junto a la Avenida del Mar, el agua debía ser acarreada a mano hasta arriba, dónde estaban situadas las viviendas. La red eléctrica era insuficiente, y el alumbrado público inexistente en la zona de las cuevas.
El tipo de vivienda predominante era la chabola, la casa pequeña o la cueva. El 60% de las viviendas carecían de servicios higiénicos.
Los servicios médicos del barrio eran nulos, en caso de urgencia debían trasladarse hasta el Hospital Provincial. No eran infrecuentes casos de enfermedades como el tracoma o la lepra así como variadas enfermedades infecciosas.
Pescadería en su conjunto, era uno de los lugares más castigado por el paro, dónde la extremada falta de recursos, conducía a subempleos como: limpiabotas, venta ambulante, servicio doméstico o cuando no, la delincuencia. La cifra de personas que habían pasado por la cárcel entre los vecinos de esta zona era elevada.
El analfabetismo era muy alto entre la población adulta, un buen número no sabía firmar. La enseñanza primaria se impartía en el C.N. la PAZ, de mayoría gitana, la Escuela Unitaria Mixta Virgen de la Chanca y El C.N. Alejandro Salazar. La escolarización de la población infantil era escasa, con un alto porcentaje de absentismo escolar. En estos colegios no se facilitó la integración entre la población de payos y gitanos, ni tampoco fue frecuente la continuidad en los estudios en secundaria.
Huelga de pescadores de 1976-77 y el despertar político del barrio y la ciudad
Para comprender el arraigo que UCCO y PLO llegaron a tener en el barrio de Pescadería es imprescindible que nos detengamos en un importante hecho que marcó el desarrollo Político del barrio y el de la ciudad en los momentos más críticos de la Transición. Se trata de la huelga de pescadores que se desarrolló en dos tiempos entre julio de 1976 y febrero de 1977.
La paz social de Almería se vio modificada durante los 44 días que duró el segundo periodo de huelga de los pescadores. Hubo un antes y un después en el Barrio, en el movimiento obrero y en la provincia, tras este conflicto.
La primera etapa se desarrolló en la semana del 17 al 23, era la primera huelga importante en Almería desde hacia cuarenta años. Los pescadores obtuvieron un rotundo éxito sacando adelante casi la totalidad de las reivindicaciones que se plantearon (Reestructuración del sistema de retribuciones, ruptura con la Organización Sindical vertical, vacaciones, descansos etc.). Pero hacer cumplir los acuerdos firmados iba a ser lo difícil. La Cofradía de Pescadores era el órgano gestor de los intereses de pescadores y armadores, y era el control de esta la que determinaría en última instancia el que se materializasen los acuerdos alcanzados durante el primer conflicto en julio.
El detonante del segundo periodo de huelga fue la desvinculación de los acuerdos por parte de algunos patronos, que aprovechaban la debilidad de carácter de sus tripulaciones para no aplicar el pacto firmado por las partes. Los pescadores se plantearon que era necesario hacerse con el control del órgano de gobierno de los intereses pesqueros, para ello volvieron convocar a la Asamblea de pescadores tal y como lo habían hecho en julio de 1976, esta no se había vuelto a reunir desde la sesión celebrada en la Iglesia de San Roque, en la que aprobaron desconvocar la huelga tras haber obtenido la práctica totalidad de sus demandas, en aquella ocasión la sesión la celebraron 750 pescadores que respaldaron la negociación llevada a cabo por la comisión de los 18. Volvieron a constituírse en Asamblea de pescadores para dirigir la estrategia de la lucha que iban a iniciar. Nombraron cuatro comisiones al objeto de hacer operativas las decisiones y las labores que demandaba el conflicto, así se constituyó una comisión encargada de representar a la asamblea en las negociaciones “Comisión de los 20”; otra para recoger y administrar los fondos de resistencia; otra de propaganda para mantener a la ciudad informada y otra para demandar solidaridad por todo el país. Ninguna de ellas podía actuar con autonomía sin que fuese ratificada su gestión por la Asamblea antes y después de llevarlas a término.
Por otra parte, trataron de dar protagonismo a todos y cada uno de los miembros de la Asamblea, y así, concienciando a los pescadores, se garantizaban la unidad de la Asamblea, y se impedía dar a las autoridades cabezas de turco que pudiesen ser neutralizadas y con ello disuelta la movilización. Por otra parte, trataron de comprometer a la mayor cantidad de pescadores posible en la organización. La estrategia fue hacer comprender que la Asamblea eran todos, y si ésta triunfaba, triunfarían todos, y si fracasaba igualmente lo harían todos. La Asamblea de pescadores se convirtió en un órgano abierto al que no solo acudían los trabajadores implicados, sino también vecinos con otras profesiones, jubilados, niños y mujeres.3 Todo el barrio estuvo pendiente de lo que en la Asamblea se decidía, los vecinos de Pescadería sabían por qué un día se tomaba una decisión y al siguiente se tomaba otra. La Asamblea de pescadores se constituyó en un arma fuerte y eficaz para conducir la lucha por el control de la Cofradía, además se convirtió en un órgano gestor para el barrio con el que había que contar casi para todo. Las labores llevadas a cabo por la Asamblea, y por extensión por el barrio, fueron múltiples: cortar el suministro de pescado a Almería, constatar que no quedase pescado fresco almacenado en las cámaras frigoríficas e impedir que algunos barcos, no implicados en la huelga, se hiciesen a la mar.
Las mujeres se incorporaron a la lucha, cumpliendo desde el principio un papel fundamental en la difusión de ésta, formando parte de piquetes e introduciendo en el barrio las consignas y decisiones emanadas de la asamblea. Tuvieron su momento álgido con el secuestro y apaleamiento del presidente de la Unión de Empresarios de la Pesca, Eduardo Gallart, en represalia por 33 detenciones que había efectuado la policía en el transcurso de una manifestación.4
La huelga sirvió también para conectar a los pequeños grupos con actividad política que en estos momentos se estaban configurando en Almería, estos fueron uniéndose a medida que la huelga se desarrollaba, entre todos se repartieron la ciudad por sectores y la regaban de octavillas con todos y cada uno de los comunicados que la comisión de propaganda de la Asamblea emitía tras sus debates, además también recaudaban fondos y alimentos desde diversos lugares de la ciudad. De este modo se crearon vínculos entre los pescadores y grupos como los jóvenes cristianos de la parroquia de los Ángeles5, con algunas asociaciones de vecinos, con militantes de Bandera Roja y de las Plataformas Unitarias Anticapitalistas, así como con estudiante del Colegio Universitario y de la Escuela de Magisterio.
El conflicto de los pescadores trascendió el territorio provincial y logró simpatías y solidaridad de diversos lugares:6 Los trabajadores de la empresa Roca Gavá (Barcelona), los de la construcción y Ford de Valencia, diversos puertos pesqueros, del Movimiento de Liberación Vasco7y en otros lugares. Pero donde más afectó fue en el propio barrio que llegó a levantar barricadas (práctica nunca realizada en Almería durante la Transición), lanzar objetos contundentes, cócteles molotov, devolución de los botes de humo.8 Causaron nueve heridos y dañaron gravemente varios vehículos a la policía, gran parte del barrio participó en los enfrentamientos, hasta tal punto que las autoridades desistieron de actuar en Pescadería después de mantener un cerco de tres días sobre la barriada,9 los vecino corearon la victoria ¡Hemos ganao! por las empinadas calles por donde había transcurrido el enfrentamiento.10 Desde ese momento, la Asamblea se trasladó a los escarpados cerros que rodeaban el barrio y desde donde era imposible acceder por medios mecánicos.
La huelga concluyó con un fracaso por puro agotamiento de los pescadores que no pudieron resistir por falta de medios materiales y por la fuga de barcos a otros puertos, especialmente el de Adra, donde encontraron refugio y apoyo de los pescadores abderitanos. El malestar de los pescadores fue patente por haber perdido la huelga después de tantos esfuerzos, pero sin embargo, sirvió para encumbrar a organizaciones políticas minoritarias hacia un protagonismo creciente en el barrio.
Desde las asambleas de Semana Santa de 1976 se procuró apartar de la huelga, que se estaba preparando, a los sindicatos reformistas, se trataba de dar la apariencia de no haber dirección política detrás de la Asamblea, pero desde el principio Las Plataformas Unitarias Anticapitalistas llevaron los hilos, eligiendo como líder a un joven cura obrero, Javier Ayesterán Amunarriz.11La organización comunista OC (Bandera Roja) con una importante presencia en le barrio participó, también desde el anonimato, en la huelga, y en menor medida el PCE (ml). La rentabilidad política la obtuvieron las PUA que se autodisolvió en abril-mayo de 1977 constituyendo la mayoría de sus miembros la Organización de la Izquierda Comunista en Almería, quien además engrosó sus filas con la afiliación de Javier Ayesterán.12 Los contactos con otras fuerzas políticas existieron, CNT convocó a todas las fuerzas sindicales y políticas existentes en Almería y se constituyó un Comité de solidaridad Pro Pescadores en el que se integraron además de los anarquistas, CCOO, UGT, PCE y USO, esta última acabó desvinculándose. Pero no pasó mucho tiempo sin que el peso político en Pescadería se trasladase a otra organización de la izquierda radical el PC (UR).
Partido Comunista (Unidad Roja)
Este grupo político autodefinido como proletario,13 se fundó en el otoño de 1976, nació de una escisión de Bandera Roja en Málaga –Almería después de romper con las direcciones de Sevilla y Barcelona. Tuvo sólo dos años de vida y celebró un único congreso. En Almería el grupo fundador, proveniente del poniente, abandonó OC (BR),14 y el núcleo rector del nuevo partido quedó instalado casi exclusivamente en el barrio de Pescadería. Sufrieron un proceso de radicalización con respecto a las posiciones políticas mantenidas en la organización de la que procedían, destacando el rechazo a la política de la dirección de CCOO, en seno de la cual se organizaban como Tendencia para tratar de obtener finalmente la dirección del sindicato, finalmente rompieron con la central sindical y apostaron por organizar a los obreros de forma autónoma a través de asambleas. Se negaron a formar parte de Coordinación Democrática, cuando sí lo habían hecho en la Junta Democrática como OC (BR). Poco a poco se perfilaron como un partido anarcocomunista que trabajaba desde la base y sobre hechos concretos a través de asambleas. No reconocían la legalidad vigente, aunque ésta se encontraba ya en un nuevo marco democrático.
Durante este periodo abrieron sede en la calle Mariposa, frente al cine Jurelico, aunque el lugar donde se departía diariamente los quehaceres del partido era en la barbería de Pepillo. Editaron un periódico Poder Obrero en el que trataban temas locales, poniendo especial atención en los asuntos de la barriada y del puerto pesquero. Su mayor logro durante este periodo fue el conseguir le elección de una junta directiva afín en la asociación de vecinos La Traíña, aún no legalizada, en una asamblea muy numerosa en la iglesia y plaza de San Antón. La presidencia fue elegida por aclamación y recayó en Pepe el Barbero.15
En el verano de 1978 ultimaron los trámites para transformarse en una nueva organización UCCO y PLO.