Ufología: ¿Capitalista o Marxista?

Cuando pensamos en ovnis, generalmente, no asociamos el fenómeno a los intereses corporativos; sin embargo, como toda actividad humana, la ufología no escapa a la contingencia ni al sistema político, económico y social. A decir verdad, existe un tipo de investigación privada, financiada por corporaciones que finalmente buscan sacar ganancia de alguna manera al fenómeno. Así también existe la investigación de corte estatal, donde gobiernos y estados financian investigación a través de agencias y comités de expertos (incluido Chile con el CEFAA). Mientras tanto los visitantes siguen apareciendo con su propia agenda, indiferentes ante cualquier convención social que tenemos acá abajo.

BUSCANDO OVNIS PARA HACER NEGOCIOS

Según un reciente informe publicado por el New York Times, el Pentágono cedió 22 millones de dólares para financiar la investigación de fenómeno Ovni. El problema es que mucho de ese dinero fue a dar a los bolsillos del empresario norteamericano Robert Bigelow, un hotelero que intenta expandir su negocio al turismo espacial. Igual camino parece seguir el ex guitarrista de la banda Blink-182, Tom Delonge, quien lanza videos y literatura sobre ovnis en un intento de convertir su corporación To The Star Academy en una máquina de financiación perpetua. Estos hombres de negocios y otros cuantos más, buscan en el estudio de los Ovnis tecnología que pueda ser utilizada en grandes negocios corporativos.

Este nuevo espíritu empresarial de la “nueva era espacial” ha recibido severas críticas de sectores asociados a la izquierda, argumentando que la investigación debiera apuntar a descubrir conocimiento que contribuya a la comprensión del universo para beneficio de la humanidad y no para negocios de carácter privado. Ante la visión capitalista del fenómeno, cabe preguntarnos: ¿Existió una visión marxista de la ufología?

¿UFOLOGIA MARXISTA?

El espacio no siempre ha sido un lugar apolítico. Después de todo, fue la Unión Soviética la que inició la carrera espacial al lanzar el primer satélite artificial, el Sputnik en 1957. La reacción norteamericana no se hizo esperar al ver como los comunistas estaban tan avanzados en la tecnología espacial. Incluso antes de tomar el poder mediante la revolución, el espacio cósmico estaba presente en la inspiración revolucionaria del programa bolchevique. El científico Konstantin Tsiolkovsky, a quien la NASA reconoció como “el padre de la cohetería”, creía que la humanidad socialista debía liberarse de su perspectiva geocéntrica y “buscar contacto con las sociedades extraterrestres avanzadas”. Carl Sagan, famoso divulgador científico norteamericano, creador de la serie Cosmos, era un reconocido simpatizante del socialismo, al igual que el científico soviético Josef Shklovsky quien presentó un argumento similar en su libro Vida inteligente en el universo (1966).

También había ufólogos marxistas, principalmente de la tradición bolchevique de León Trotsky. Después de que Stalin consolidó el poder, Trotsky fue exiliado y se convirtió en un feroz crítico de la burocracia que se tragó los cimientos de la revolución Soviética. Los ufólogos Trotskistas pensaban que el nivel de desarrollo humano debía avanzar lo suficiente para que los no terrestres nos pudieran visitar. Solían decir que los alienígenas nos estaban esperando y que debíamos preparar el mundo para su llegada.

El argentino J. Posadas, secretario de la mayoría de los grupos Trotskistas latinoamericanos durante las décadas de los años 50 y 60, fue el primero en sintetizar los campos del marxismo y la ufología con su ensayo de la primavera de 1968, titulado Los platillos voladores, el proceso de la materia, la energía, y la ciencia. “Los extranjeros (alienígenas) no tienen un impulso agresivo. No tienen necesidad de matar para vivir, vienen solo para observar… Debemos pedirles que intervengan, para ayudarnos a resolver los problemas que tenemos en la Tierra”, escribió.

Cabe señalar que las teorías de Posadas fueron rechazadas y hasta ridiculizadas por la mayoría de la comunidad marxista de la época, sin embargo, algunos pocos adhirieron a estas teorías muchos más arriesgadas. Por ejemplo, un discípulo de Posadas, llamado Dante Minazzoli (argentino) advirtió en sus teorías que el gobierno norteamericano incitaría a una acción bélica contra cualquier visitante del espacio y trataría de convencer al mundo de una invasión, mostrando a los alienígenas como malvados, para así mantener su hegemonía mundial que se vería amenazada por los visitantes.

OVNIS PARA EL PUEBLO

 Los ufólogos marxistas consideraron la investigación OVNI como parte de la tradición científica e intelectual de los humanos que intentan superar su alienación para que puedan entenderse a sí mismos y su lugar dentro de la naturaleza, con el objetivo de crear una sociedad verdaderamente libre e igualitaria. Al buscar alienígenas, creían, nos vemos obligados a enfrentar la lógica alienígena del capital que controla el mundo. En esta lucha, los ufólogos marxistas vieron a un potencial aliado en nuestros vecinos interestelares.

TECNOLOGIA INVERSA

 El estudio de tecnología alienígena, aunque muchos no lo crean, ya no es un tema de ciencia ficción, ni tampoco el delirio de algunos fanáticos de los platillos voladores. Empresarios tan importantes como Bigelow, Delonge o Musk andan en busca y captura de posible tecnología alienígena, ya sea a través de estudios, evidencias físicas o de algún resto de ovnis estrellados que pudiera darles una tremenda ventaja comercial sobre sus competidores y grandes convenios con gobiernos y corporaciones asociadas. Si se llegara a descubrir la tecnología para producir energía libre y gratuita, esto cambiaría por completo el panorama económico y social a nivel mundial. Lamentablemente estos grandes empresarios no buscan el bien común ni compartir sus conocimientos encontrados con la sociedad, sino que será para su propio beneficio corporativo. Tal vez mucho del secretismo que existe con respecto al fenómeno Ovni tiene que ver con conocimiento y tecnología que nadie quiere compartir gratis y menos aún con los “enemigos”.