Que viene, que se publica, por fin, oh sí, ya. El manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM, por sus siglas en inglés), la conocida como “Biblia” de las enfermedades mentales, se presenta el próximo 18 de mayo. Nació con la polémica y continua con ella.
Podéis leer el anticipo que publica The New York Times o elegir la info en castellano de El Mundo. Creo que, además de varios millones de lágrimas, el DSM V nos va a proporcionar algunas risas. De momento, la psiquiatría seguirá persiguiendo su El Dorado, los biomarcadores que demuestren la existencia de muchas “enfermedades mentales” (eso sí la dispensación de medicamentos casi inútiles y peligrosos para ellos no cesará, intuyo).
No lo tocan en dos décadas pero apostad lo que queráis a que, según quienes hacen el DSM, hoy todos estamos más “locos” o lo que es lo mismo “existen” más enfermedades mentales. Eso sí, muchos especialistas, entre ellos quienes han participado en la elaboración del manual de psiquiatría, critican la falta de evidencia científica de muchas de ellas.
A menos de un mes de su presentación, como narra El Mundo, el Instituto Nacional de Salud Mental (NIMH) de Estados Unidos (EE.UU.) anunció que se desvincula de los criterios del nuevo tratado:
“Los pacientes con enfermedades mentales se merecen algo mejor”, ha escrito Thomas Insel, director del NIMH.
Y hace tiempo se creó un movimiento de profesionales sanitarios contrarios al enfoque del DSM. Lo escrito, que la nueva biblia es más un fenómeno religioso que científico como tantos pretenden, claro que si la ciencia es hoy más que nunca la religión de la posmodernidad TODO VALE ¿o no?