Aunque quizá no esperarais más descripciones de los lugares que visité este verano... hay un último: Londres. Inesperado viaje incluso para mi, pero a veces son los mejores planes, los improvisados y de último momento.
Viajar a una ciudad que conoces bien... Es relajante. Te olvidas de los mapas, las rutas, los "hay que ver" y te dedicas a vivir la vida en ese lugar durante tu estancia. Con calma, con tranquilidad, haciendo lo que apetece y da tiempo a hacer. Sin ningún tipo de prisa y deteniéndose cuando el cuerpo, la mente o los ojos lo piden.
Y te dedicas a callejear por las bonitas calles de Marylebone y parar en algún café, si es posible cerca de un ventanal y tomar algunas notas mientras sorbes un espumoso café latte. Sigues la ruta serpenteando las calles paralelas a Oxford Street (parando antes en Primark -como estos ingleses... ninguno-) y Urban Outfitters. Sigues hasta el Soho y entras en tiendas de libros, revistas y discos. Te dejas tentar en alguna tienda de diseño y sigues tu camino hacia Covent Garden, parando antes en Marks&Spencer a comprar todo tipo de tés. Una vez en la siguiente zona, paseas hasta llegar a la plaza, disfrutas del mercadillo, entras en el Apple Store (y robas unos instantes de wifi a la vez que babeas por su mundo), sigues visitando tiendas que adoras como All Saints, Fred Perry, pop up stores..., y te sientas a comer en un pequeño barecito, en una de las calles que se esconden alrededor de la plaza, dispuesta a disfrutar de esas ensaladas con todo tipo de ingredientes y un café caliente, muy posiblemente compartiendo mesa con alguien que no conoces y que también se paró a comer algo en solitario.
Después de comer sigues la ruta por la zona y poco a poco vas regresando hacia el centro, dirección Regent Street. Recoges a tu amiga que sale de trabajar y os dirigís a su barrio, el hermoso Notting Hill. Es viernes y hay mercado (no únicamente lo hay los sábados) así que escogiendo las paradas, elegís algo de fruta y comida fresca para la cena y os contáis parte del día que habéis estado separadas (la una 'turisteando', la otra trabajando). Descansáis un rato en casa, en un amplio y luminoso salón con suelo de parquet y sillones antiguos. Unas horas después, os arregláis para tomar algo con unas amigas antes de cenar, en el río, con vistas a la Noria y el Big Ben, donde disfrutáis entre risas de un vino blanco hasta que el hambre os reclama y os dirigís nuevamente a casa a cocinar algo rico para todos.
Gracias Londres por estar siempre ahí igual de espléndido y maravilloso y gracias a esas amigas que del mismo modo que la ciudad te acoge, pasen meses o pasen años, ellas seguirán estando ahí, contra viento y marea.
1. Hogares en Londres
2. Café Gitane Un pequeño dely en el centro de Londres con comida deliciosa. Disponen de menú a mediodía.
3. L'eau a la bouche, delicatessen y cafè. Productos bio y ecológicos.