Desde hace dos días
las sombras andan murmurando
estupideces por los rincones.
Me revientan estos abrazos de viento
puedes ahorrártelos.
Tampoco quiero flores
son alas disecadas
de mariposas suicidas.
Llévate los recuerdos
guárdalos dentro del hueco yermo.
Así es la vida, me dicen.
Y a todos los detesto,
uno a uno, en silencio.
Me he vestido de blanco,
pero no me he puesto aquellos zapatos,
Ni me dejado suelta la melena,
No me he pintado los labios de tu color.
Será mi último acto de rebelión contra ti.
Para decirte que no,
que no voy a enterrarte,
ni verás hoy una lágrima mía.
Hoy me prohíbo ser tu cómplice
en este absurdo juego del adiós.