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Última salida para Brooklyn, Hubert Selby

Publicado el 25 enero 2011 por Mariocrespo @1MarioCrespo
Última salida para Brooklyn, Hubert SelbyMe habían hablado mucho y muy bien de esta novela. Un día decidí comprarme la edición de bolsillo, que decoró mis anaqueles durante mucho tiempo. Otro día me dio por leerla. Y, finalmente, otro día, el que acabé de leerla, sentí una enorme satisfacción. Disfrutar tanto con una lectura no siempre es fácil. 
Última salida para Brooklyn se divide en cinco capítulos, cinco relatos independientes, que establecen vínculos entre ellos sin llegar a encontrarse del todo. El capítulo más extenso, el de Harry el sindicalista y los maricas de El Griego, es una novela en sí misma, una novelita excelente que te atrapa y te engancha desde el primer momento. Selby escribe con garra, con fuerza. Es un visceral que economiza palabras y que maneja el lenguaje y la sintaxis igual que maneja la jerga y los bajos fondos de la sociedad neoyorkina. Además hace gala de un sinfín de recursos que van desde el monólogo interior hasta el uso indiscriminado de mayúsculas, pasando por fases ensayísticas plenas de filosofía.
Última salida para Brooklyn es un libro que causó mucha polémica en su día (se publlicó en 1975) y que hoy, inevitablemente, es una obra de culto.
Copio un fragmento que, creo, resume muy bien el estilo y la temática de Selby.
Una vez había visto una mujer, y desde luego no estaba nada mal, que se asomó a la ventana para hablar con alguien que estaba abajo, y una de las tetas se le salió del camisón. Como no sabía que la estaban mirando, no tuvo ninguna prisa en volver a guardársela. Y era una teta bastante grande. Cosas así pueden pasar en cualquier momento, especialmente cuando hace calor.

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