En los últimos meses han llegado a casa ocho retoños de lo más apetecibles. Normalmente en esta introducción comento que en el montón de libros hay un poco de todo, pero esta vez no me sale decirlo: aunque las novelas pertenezcan a géneros muy diversos, de todas espero la máxima calidad literaria. Ni entretenimiento ni historias de notable; quiero que alguna acompañe a Hija de humo y hueso, El tiempo entre costuras y Pomelo y limón en mi lista de mejores lecturas del año. Ya llevan dos meses solas y les gustaría tener compañía.
La tierra murmura en si bemol es lo que se dice una historia encantadora (al menos, da esa impresión; todavía no me he adentrado en sus páginas para comprobarlo). La sinopsis habla de una niña que puede volar, pero no penséis que estamos hablando de una novela fantástica: más bien se trata de un retrato de una situación familiar desde una perspectiva infantil de la protagonista. Espero que consiga transmitirme ese ángel que parece tener.
A su derecha, Madame Proust y la cocina kosher, la historia de tres mujeres a lo largo del siglo XX, con París y Canadá como escenarios principales. Me llamó la atención de inmediato y gracias a las primeras páginas descubrí que la autora tiene una prosa muy cuidada y elegante. Apenas he encontrado reseñas del libro, pero me voy a arriesgar.
A la izquierda, Los días de Alejandría, del escritor griego Dimitris Stefanakis. Esta novela nos cuenta la historia de una familia durante la primera mitad del siglo XX, ambientada en la espléndida ciudad de Alejandría. Es poco frecuente que se traduzca a un autor griego actual, de modo que para que hayan decidido hacerlo debe de estar muy bien.
Al lado, una novedad que seguro que os suena más: Solo para mujeres, novela publicada por primera vez en los años setenta y que causó una gran polémica por su contenido feminista. Ahora por fin se ha traducido al castellano y parece que sigue dando que hablar. Es una historia de mujeres fuertes, estoy segura de que me va a encantar. He leído algunas páginas sueltas y tiene una pinta excepcional.
El lenguaje de las flores es el debut de Vanessa Diffenbaugh. El argumento gira alrededor de una madre de acogida (la autora también lo es), a la que presenta con sus virtudes y sus defectos. El tema de expresar los sentimentos a través de las flores me parece muy curioso, tengo ganas de adentrarme en esta historia.
Por otro lado, Jezabel es la última novela de Irène Némirovsky traducida al castellano. Gira en torno al juicio de una mujer de clase acomodada que tiene un amante más joven que ella; una vez más, la autora vuelve a ahondar en este prototipo de señora frívola, inspirada en su propia madre. Como sabéis, me encanta Némirovsky y estoy segura de que esta obra no me va a decepcionar.
Llego el turno de las publicaciones juveniles, aunque también son aptas para adultos (y estas dos en concreto lo son bastante, por cierto). El festín de la muerte, Premio Gran Angular 2012, habla de la Segunda Guerra Mundial y tiene como particularidad que no se trata de una novela al uso, sino más bien de una recopilación de historias de diversos personajes. Todas las reseñas que he leído hasta el momento lo ponen por las nubes.
Finalmente, Los hijos de las tinieblas, segunda parte de la trilogía fantástica El Ciclo de la Luna Roja. Como la primera parte me gustó mucho, tenía claro que seguiría con la saga, aunque seguramente todavía tardaré en leer este libro, pues quiero esperar a comprarme el tercero para poder disfrutarlos del tirón. En cualquier caso, los lectores coinciden en que la historia mejora a medida que avanza, así que estoy segura de que me encantará.
¿Qué libros os llaman la atención? ¿Habéis leído alguno?