En la villa marinera de Laredo se conmemora desde el año 2000 el Ultimo Desembarco de Carlos V. Esta es una de las fiestas en Cantabria nació debido a la conmemoración de los 500 años del desembarco de Carlos V. Esta celebración se realiza entre durante la segunda quincena del mes de septiembre de cada año.
En estas fiestas el pueblo de Laredo escoge diferentes pasajes de la historia Española para ser representados, siendo el acto principal la llegada a España, anclando en el puerto de Laredo, del Emperador Carlos V para realizar su último viaje hacia su retiro al Monasterio de Yuste en Cáceres, sonde paso sus últimos días hasta el momento de su muerte.
El puerto de Laredo, al igual que Santoña, a lo largo de su historia está muy ligado a la corona Española habiendo sido elegido por los reyes Isabel y Fernando, abuelos de Carlos V, en dos oportunidades, por su madre Juana de Castilla y por diversos personajes de la realeza. Fue pues Carlos V quien en dos ocasiones lo eligió para su retorno a España. La primera vez se vio afectada debido al mal clima por lo cual su escuadra opto por encallar en Asturias.
Durante las fiestas recrean el recorrido que hizo Carlos V partiendo desde la orilla del mar en Cantabria involucrando a los pueblos de Laredo, Colindres, Limpias, Ampuero, Rasines, Ramales, Soba, Lanestosa, y Medina de Pomar.
Todo Laredo participa en estas fiestas maquillando calles, casas y establecimientos para semejar al pueblo en el año 1556. El puerto se viste con sus clásicos pendones y estandartes recordándonos el esplendor de uno de los puertos principales de Castilla.
Las celebraciones cuentan también con desfiles, bailes renacentistas y torneos medievales, juegos de época propios de 1556. Los músicos recorren las calles del pueblo alegrando todo el lugar, podemos observar cómicos de la época, bailarinas de la danza del vientre.
El Desfile de Cortejo del Emperador suele salir de la Casa de Cultura de Laredo y se encamina al encuentro de Carlos V a la playa Salvé; todo esto con las vestimentas propias de la época. A la cabeza del se encuentran las hermanas del Emperador, seguidas de su corte imperial y luego el pueblo, mezclados entre ellos vienen los cómicos, músicos y malabaristas dándole los toques alegres al desfile.
Las celebraciones del día central suelen finalizar con La Gran Cena, puesto que Carlos V tenía fama de tener un paladar muy exquisito.