Te amo, creación de Pedro, amo tu aspecto severo a un tiempo y lleno de armonía. La corriente del Neva majestuosaentre sus parapetos de granito. El arabesco de tus férreas rejas,el transparente ocaso de tus noches. Alexandr Pushkin
Amaneció otra vez nublado y el pronóstico anunciaba lluvia por la tarde; pero nuestro último día en la ciudad no lo íbamos a desperdiciar. El horario máximo de check out del habitación era a las 11 am, asique nos dimos unas horas más de sueño que el día anterior y salimos a desayunar recién a las 10.30hs. Nuevamente en la famosa casa de comidas rápidas y el menú prometido el día anterior.
Fortaleza de San Pedro y Pablo
Nuestro primer destino del día fue la isla Záyachi, lugar elegido por el fundador de San Peterburgo para construir el bastión que defendería la salida al Báltico y es, actualmente, la fortaleza militar del siglo XVIII mejor conservada de Europa. Construida primero de madera y tierra, y más tarde de piedra, la muralla tiene seis lados y una torre en cada uno de sus ángulos. Por dentro de ella, entre otros edificios, se erige el templo más antiguo de la ciudad, la Catedral de San Pedro y Pablo, mausoleo imperial de toda la dinastía Romanov. Construida en 1712 por el arquitecto Trezzini, de su torre más alta parte una flecha (así se le dice a la “columna” que tiene apuntando hacia el cielo) de 120 metros coronada con un ángel dorado. Para llegar a la Fortaleza hay que cruzar primero a la Isla Vasilievsky, nosotros lo hicimos por el Puente del Palacio, y rodeamos la Plaza de la Bolsa (Birzhevaya ploshchad) para cruzar por el puente del mismo nombre a la isla Kirovsky. Desde aquí, la fortaleza tiene dos vías de acceso: el Kronverkskiy most y el Ioannovskiy most. Este último constituye la entrada principal donde se encuentra la “Puerta de Pedro”, decorada con un águila bicéfala símbolo de los zares.
Nosotros entramos a la isla del bastión por el puente secundario y recorrimos los jardines exteriores y la playa, lugares perfectos para descanso y picnic de mediodía o merienda vespertina. Los edificios costeros del otro lado del Neva, Palacio de Invierno, Hermitage, Almirantazgo, entre otros, constituyen la hermosa vista que se puede apreciar. En el interior de las murallas, las calles rodean los edificios de época imperial en perfecto estado de conservación. El territorio de la Fortaleza está abierto al público todo los días de 8.30 a 21hs con entrada gratuita. Para la entrada a la Catedral de San Pedro y Pablo, así como al resto de las exposiciones que hay dentro de los distintos edificios del bastión, hay que sacar tickets (no superior a los 250 rublos). Las boleterías abren a partir de las 10am.
Y se cumplió el pronóstico
Durante toda la mañana habíamos visto, del noreste y avanzando hacia nosotros, nubes que amenazan con lluvia. Cerca de la una del mediodía, justo cuando terminamos de recorrer el interior de la Fortaleza frente a la Catedral, comenzó la tormenta pronosticada. Nos refugiamos debajo del arco de una de las dos entradas esperando que pasara el chaparrón, pero después de media hora, decidimos desandar el camino de ida hasta la avenida Nevskiy.
Almuerzo ruso
Son muy populares en Rusia los locales de comida al paso. Con la organización de un restaurant pero sin mozos, cada uno elige lo que va a comer entre una variedad de platos expuestos en el mostrador o servido desde ollas y fuentes por el personal. Creps rellenos, ensaladas, carnes cocidas de diferentes formas, arroz, puré y las infaltables sopas son, entre otros, los platos que se ofrecen.
Me arriesgué probando unas lentejas, que bauticé, “lentejas rusas”, porque no pude averiguar el nombre. Quería acompañarlo con pan, asique le señales un bollo de pan que estaba junto con otros en una bandeja, y la chica, para mi sorpresa, tomó uno y lo metió en el microondas!. Resultó ser un pan con puré de papa adentro, al estilo knishe, y me gustó tanto que todavía tengo pendiente buscar la receta. Mi hermano, más interesado en la cantidad que en innovar, pidió una pizza.