Antonio San José, exdirector de Informativos de la socialista CNN+, ha escrito un artículo agradeciéndole a Julio Ariza que lo acogiera en Intereconomía cuando cerró su emisora el pasado diciembre, mientras que nadie del PSOE se interesó por él.
A la radio, la televisión y al periódico de papel de Ariza, La Gaceta, los socialistas y nacionalistas los califican de ultraderechistas, pero tienen como colaboradores regulares a connotados izquierdistas.
Una paradoja sólo aparente: innumerables periodistas antifranquistas vivieron experiencias similares en el tardofranquismo, cuando los medios del régimen estaban trufados con izquierdistas, muchos comunistas y muy poquitos socialistas.
Sus jefes “ultraderechistas” los protegían cuando los prebostes del régimen se quejaban de las noticias que aquellos profesionales conseguían colar con doble lenguaje.
Falangistas como Emilio Romero, o amigos de Fraga Iribarne como Alejandro Armesto, director de EFE, protegían a sus “rojos”, pocos de los cuales siguen siéndolo ahora: acabaron desengañados de las falsas liberaciones y se volvieron liberales.
En las empresas de Ariza, un católico de moral tradicional, colaboran socialistas como Joaquín Leguina, Cristina Alberdi, Ricardo Martín o Antonio Carmona, responsable de Economía del socialismo madrileño.
En prácticamente todos los medios de la derecha, como el nuevo canal 10 o en 7TV, aparecen regularmente también otras las estrellas izquierdistas de CNN+ --Victoria Lafora, subdirectora-- como si no hubieran perdido con el cierre un lugar donde expresar su gochismo.
Pero lo interesante sobre esta tolerancia ultraderechista hacia los izquierdistas, es que los medios izquierdistas no aceptan como colaboradores no ya a ultraderechistas, sino a simples liberales.
Ningún medio progresista permite expresarse en él ni razonar sus puntos de vista en lugares de privilegio a quien pueda pensar de manera diferente a la ideología dominante y a la corrección política buenista.
Curiosa situación que invita a la reflexión sobre la tolerancia-intolerancia de los supuestos demócratas franquistas o de los perennes estalinistas.
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FIESTA DEL TRABAJO
El día 1 fue la Fiesta del Trabajo. Hubo años en los que se manifestaban grandes masas de trabajadores recordando el 1 de mayo de 1886, fecha inicial de la Revuelta de Haymarket, para exigir jornadas de ocho horas, y que concluyó con el fusilamiento de los "Mártires de Chicago".
Toxo y Méndez, líderes de los grandes sindicatos españoles. cobran hoy comisión por cada obrero que envían al paro. Un triunfo, porque así los despedidos no tienen que trabajar ni una hora.
Pero, los muy desagradecidos, no asisten a su fiesta anual, a la que cada acude cada vez menos gente.
Hasta los liberados sindicales se quedan en casa porque ocho horas trabajando de manifestación son demasiadas.
SALAS en dos visiones diferentes
Esta última aparece hoy en El Correo Gallego