Aproximadamente un 40% de las personas sufre de inflamación y sangrado de las encías al morder alimentos o al cepillarse los dientes. Estas afecciones son una de las principales causas de la pérdida de piezas dentales. Todas ellas son prevenibles y tratables. Según la doctora Carolina Benalal, cirujano dentista y directora general de la Clínica Benalal: “El sangrado, enrojecimiento, aumento de volumen o el dolor son signos de alarma que nos pueden alertar de la necesidad de acudir al dentista por problemas con nuestras encías”.
“Si bien en algunos casos la inflamación puede obedecer a alteraciones hormonales, como ocurre en el caso de las embarazadas, o estar provocadas por el consumo de ciertos medicamentos como la fenitoína o las pastillas anticonceptivas, en la mayoría de las ocasiones, corresponde a la presencia de bacterias, es decir, es secundaria a una higiene deficiente” , explica la especialista. Una correcta limpieza dental diaria es la medida más eficaz para evitar este tipo de problemas. Los dientes deben cepillarse tres veces al día, después de cada comida, y es recomendable utilizar el hilo dental una vez al día para remover la placa que se acumula entre las piezas. “Al igual que los dientes, las encías requieren cepillado y a partir de los 35 o 37 años, para conseguir una higiene correcta, puede ser necesario añadir al cepillo habitual el uso de cepillos interdentales”, subraya la doctora.
-Evitar la gingivitis
La gingivitis es una enfermedad bucal bacteriana que provoca inflamación y sangrado de las encías. Puede originarse a causa de los restos alimenticios que quedan atrapados entre los dientes o por una nula o deficiente higiene bucal. Llevar a cabo una adecuada limpieza oral es la mejor manera de prevenir este trastorno, ya que permite eliminar la placa bacteriana que causa el problema. En palabras de la doctora Benalal, “es uno de losl problemas más frecuentes en la boca pero si se trata la causa a tiempo es totalmente reversible”.
El dentista puede recomendar algunos instrumentos especiales para la higiene oral a las personas propensas a acumular depósitos de placa. “Los cuidados diarios en combinación con una o dos visitas anuales al dentista pueden reducir en buena medida el riesgo de padecer gingivitis o alguna otra enfermedad periodontal”, señala la experta. La visita al odontólogo debe incluir la evaluación estética de la sonrisa, el aspecto gingival, y la posición de las encías con respecto al diente y a su forma.
-Alteraciones estéticas
Las alteraciones estéticas en el contorno de la encía y las recesiones gingivales pueden tratarse con técnicas quirúrgicas especializadas para recuperar la estética perdida o para permitir la reconstrucción posterior de una pieza muy destruida o fracturada. “Son tratamientos relativamente sencillos, como puede ser una limpieza de boca, que va a traducirse en unas encías de un aspecto más sano y de mejor estética. Si las encías presentan una notable inflamación puede ser necesario sanearlas con láser. Así, en un par de días, mejorará su aspecto. Es una intervención que no entraña riesgos”, asegura la doctora Benalal.
Desde la aparición del láser, el manejo de las alteraciones de las encías se ha integrado al tratamiento estético. En ocasiones, están sanas pero no siguen de forma armoniosa el contorno de los dientes. “En este caso – afirma la doctora.- se mejoran "recortándolas" con el láser. Se trata de una terapia muy suave, nada agresiva, que se hace con muy poca anestesia local y que no presenta ningún tipo de molestia posoperatoria”.