Revista Salud y Bienestar
El cambio de hábitos en nuestra vida se ha traducido en un cambio en nuestra alimentación. Cada vez las grasas tienen más presencia en nuestra dieta, se come más, pero no mejor. Todo ello unido al sedentarismo provoca los niveles de obesidad se estén acercando al de países como Estados Unidos y que aumente el riesgo de problemas cardiovasculares. Estos son algunos de los temas planteados por los participantes en el I Taller sobre Alimentación y Salud organizado por Marbú Effective y la Sociedad Española de Nutrición Comunitaria (SENC). En el taller han participado el Dr. Javier Aranceta, Presidente de la SENC y Profesor de la Cátedra de Pediatría de la Universidad del País Vasco; la nutricionista Joy Ngo,especializada en Salud Pública por la Universidad de Boston e investigadora del Parc Cientific de Barcelona; y Cristina Maldonado, Doctora en Ciencias Químicas por la Universidad de Barcelona y Responsable de Nutrición de Artiach, que han aportado nuevos datos sobre esta problemática social. “Cuando superamos el 7% de ingesta diaria de grasas saturadas, por cada 1% que excedemos de estas grasas, aumentamos un 3% en el riesgo de mortalidad cardiovascular”, explica el Dr. Aranceta al respecto de la relación entre grasas y salud. De hecho, estudios recientes demuestran que España casi duplica el consumo recomendado de grasas saturadas. Y según datos del estudio de J.Valdes 2009, “el 80% de la población ingiere a diario más grasas saturadas de lo recomendado”, en concreto un 12% frente a la cantidad recomendada por la AESAN de mantener el consumo por debajo del 7%.
“Aprender a comer” Por ello, la nutricionista Joy Ngo recomienda que “la mitad de lo que comemos debería ser de origen vegetal”. Y añade que “también hay que tener en cuenta las raciones que ingerimos”. Un ejemplo gráfico que nos ayuda a entender cuáles son las cantidades ideales para estas raciones es “el volumen de un puño cerrado”. “Para un plato de arroz cocido sería el volumen de 2 puños cerrados de la mano, o en el caso del de queso curado o semicurado la cantidad ideal sería el tamaño de dos fichas de dominó juntas, y si es fresco el doble”. Además de una buena nutrición, los expertos recomiendan realizar actividad física al menos 30 minutos al día, controlar el peso corporal y ajustar el total de grasas por debajo del 35% (menos del 1% de trans y menos del 7% de saturadas). “La mayor parte de las grasas trans que consumimos no proceden de la naturaleza y de ahí que al organismo les cueste metabolizarlas. Por eso es importante evitarlas”, ha señalado el presidente de la SENC. Como consejos prácticos, los expertos aconsejan fraccionar las comidas y a media mañana o a la hora de la merienda consumir un snack saludable. “Se pueden tomar galletas bajas en grasas saturadas complementándolas con una fruta y/o un yogur desnatado. Así estamos aportando los hidratos de carbono necesarios para el organismo y otros nutrientes de interás, como las vitaminas, minerales y proteínas”, ha señalado el Dr. Aranceta. En este sentido Cristina Maldonado responsable de Nutrición de la firma Artiach comenta que “los consumidores cada vez demandan productos más sanos sin renunciar al sabor” y subraya que “en el futuro el I+D será clave en el desarrollo de productos saludables”. En Artiach, “hemos conseguido que las galletas Marbú Effective apenas contengan grasas saturadas (solo 0,07g) sin alterar el sabor”.
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