Verdad terrible, y verdad revelada a grandes y pequeños por el autor mismo de toda verdad. Roque Guinart es quien nos la recuerda al describir a Don Quijote los percances de la vida cantonal, y las causas que le habían movido a declararse independiente.
"La vida le debe de parecer al señor don Quijote la nuestra, nuevas aventuras, nuevos sucesos, y todos peligrosos: y no me maravillo que así le parezca, porque realmente lo confieso, que no hay modo de vivir más inquieto, ni más sobresaltado que el nuestro. A mí me han puesto en él no sé qué deseos de venganza, que tienen fuerza de turbar los más sosegados corazones. Yo de mi natural soy compasivo y bien intencionado; pero, como tengo dicho; el querer vengarme de un agravio que se me hizo, así da con todas mis buenas inclinaciones en tierra, que persevero en este estado a despecho y a pesar de lo que entiendo: y como un abismo llama a otro, y un pecado a otro pecado, se han eslabonado las venganzas de manera, que no sólo las mías, sino las ajenas tomo a mi cargo; pero Dios es servido de que aunque me veo en la mitad del laberinto de mis confusiones, no pierdo la esperanza de salir a puerto seguro."