Dicen que cuando abrazas a una persona, hay una parte de nosotros que se libera. Que los abrazos son buenos para desahogarnos, para sentirnos protegidos, para liberar esa angustia que tengamos dentro. Y es que hay personas que te abrazan y sientes como todos esos problemas que te preocupan se te olvidan por unos segundos, personas que te abrazan y que unen todos tus trozos rotos. Personas que están, que no importa si no os veis o si estáis lejos, sino que cuando os veis ese abrazo es el que sabe que todo sigue igual entre vosotras. Ese abrazo que da seguridad, ese abrazo que ayuda a saltar el miedo, a saltar obstáculos. Ese abrazo que da confianza, ese abrazo que da el calor que todos necesitamos.