Revista Coaching

Un acertado error vale más que mil erráticos aciertos

Por Uncafelitoalasonce


Unas pocas observaciones y demasiado razonamientos pueden conducir al error; muchas observaciones y un poco de razonamiento a la verdad” Alexis Carrel

Error de lectura de disto

¿Qué haces con los errores?

El miedo al error, al fracaso, a no dar la talla es con seguridad el factor más importante que nos impide hacer cosas nuevas. El qué dirán es algo que nos supera. Sobre todo en este país. Tan es así, que hemos llegado al punto que ni uno solo de nuestros políticos, representantes sociales reconocerá jamás un error. Antes al contrario, cargará contra el otro antes que reconocer su propio fallo. El propio Steve Jobs reconoció públicamente un error y pidió perdón a sus clientes en la web de Apple. Quizá por eso están donde están.

¿Qué tiene de malo el error? Aquí mucho, porque a la mínima que se haya fallado, tendremos un coro de personas, que probablemente nunca hayan intentado algo parecido, señalando tus errores. Eso sí, desde la barrera sabrán más que nadie, cuando la realidad es que nunca han movido el culo para intentar algo parecido. Lo que digan tiene cero valor.

Errar es humano, pero no aprender de los errores no.

En el artículo de hoy quiero defender el error como una fuente inagotable e impagable de sabiduría. Además quiero comentar algunas técnicas que nos hagan aprender y recordar esos errores.

Estar preparado para el error

Si vas a empezar algo nuevo, tienes que tener muy presente que es muy probable que falles. Ya sea una aventura empresarial, un nuevo deporte, una receta que nunca has hecho. Sea lo que sea si no lo has hecho antes, ten por seguro que fallará. Piensa en ello como algo positivo. No se trata de hacer todo perfecto, sino de averiguar qué detalles han sido los que han hecho algo no saliera bien.

El error no es un término absoluto

Fracaso total. Si España en el mundial hubiera quedado eliminada en primera ronda, hubiera sido un fracaso total. Pero ¿es esto cierto? ¿No serían siendo los jugadores igual de buenos? ¿Sería Del Bosque un mal entrenador? Claro que no. Aún en el error, considerar algo como un fracaso total es absurdo. Hay excelentes lecciones que se esconden tras ese supuesto fracaso absoluto.

Registra bien tus errores

Hace bien poco leí un excelente post sobre un fracaso empresarial. El autor tuvo el valor de comentar públicamente todos sus errores. Es un rara avis, lo sé. Yo mismo he propuesto alguna vez hacer un informe final en los proyectos, y la respuesta ha sido “no es buena idea. Te pueden echar en cara más adelante los errores”. “Sad but True” como reza la canción de Metállica. En un país tan aficionado a la crítica de barra de bar, reconocer tus errores en algunos casos en un sucidio. Eso sí, aunque no hagas públicos tus errores, no te olvides de tener un registro de ellos. Algunos serán tan gordos que no los olvidarás, pero muchos otros pasarán al olivido y esas lecciones no se deberían perder. Ramit Sethi tiene una carpeta en el correo llamada “cagadas” donde cada semana va almacenando aquellos errores de los que ha aprendido.

Ser consciente del efecto 10000

Se dice que son necesarias 10000 horas de aprendizaje para ser realmente un maestro en algo. El talento natural existe pero está sobrevalorado. Casi cualquiera puede llegar a ser un maestro en algo, si dedica el tiempo las técnicas suficientes. He conocido gente con mucho talento que no ha llegado a nada. ¿Cuánta gente conoces tú? Lo contrario también se da, gente muy trabajadora con muy poca suerte y sin mucho talento. Una filosofía del éxito más moderada es necesaria. Ahora bien, gente con talento y trabajadora es complicado que no se conviertan en maestros. ¿Qué diferencia a unos y otros? Probablemente su gestión de los errores. Mientras que la mayoría se rinde al primer error, y por tanto queda muy lejos de las 10000 horas (el talentoso le bastará con 5000), muchos otros siguen y siguen sumando errores sin desanimarse hasta que llegan a ese límite. ¿A qué grupo perteneces tú?

Conocer sus fases

Lo errores, sobre todo si son muy grandes, pasan las mismas fases que un trauma: shock, preocupación y resolución. Al ser conscientes de un error nos quedaremos perplejos, “cómo me ha podido pasar”, y puede que no sepamos reaccionar. Luego, tendremos una fase en la que nos preocuparán las consecuencias de ese error. Finalmente, empezaremos a pensar en qué medidas tomar para solucionarlo. Es esta fase la que nos ayudará de verdad y la que nos dará esos puntos de experiencia y sabiduría. Has de aprender a superar estas fases. Saber que las tienes que pasar te ayudará a recorrer este camino de una forma más rápida y llegar antes a la zona de superación y aprendizaje.

¿Os desanimáis mucho con los errores? ¿Cuáles han sido vuestros mayores fracasos? ¿Qué lecciones habéis sacado de ellos? ¡Vamos!, hacer algo incómodo y animaros a reconocer un error públicamente.

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