Revista Opinión

Un alucinógeno muy dulce al paladar

Publicado el 14 junio 2019 por Carlosgu82

Se trata nada más y nada menos que la miel, si así como lo ves, bueno lo dulce es muy aceptable para todos, a tu paladar, pero lo alucinógeno…. resulta preocupante ¿cierto?

Bueno, permíteme referirme a esta particularidad que las abejas producen y que se conoce desde la antigüedad con varios apodos o calificativos, los cuales me inspira mencionarlos tales como: néctar o alimento de los dioses, símbolo de la dulzura, del amor, de la felicidad e incluso de la longevidad y hasta fuente de sabiduría.

Sin embargo, cuando se refiere a alucinógeno, resultan que dichas expresiones cambian a: miel loca, psicodélica, de guerra, tóxica, néctar tóxico, afrodisiaca y por supuesto, la utilizada en la película de intrigas y aventuras ¡Holmes y la miel loca!, una verdadera mezcla de intrigas y aventuras. ¡Búsquenla se la recomiendo!

Ahora si entrando en materia científica, les puedo decir primeramente que las abejas por ser excelentes agentes polinizadores, mantienen el ecosistema, pertenecen al orden Hymenoptera, familia Apoidea y se conocen, muchísimas especies que habitan en todos los Continentes, son muy organizadas, enfocadas en su trabajo y principalmente, se alimentan de polen y néctar de las flores lo que sirve para preparar la jalea real que será consumida sólo por su reina.

Este néctar es depositado en panales que luego ellas mismas lo sellan con una capa de cera, y así queda lista para que ser recogida por el apicultor.

Pero, ustedes se preguntarán, entonces, ¿Cuando se produce una miel alucinógena?

Le digo, este tipo de miel resulta muy antigua y proviene de la ciudad de Anatolia, hoy Trabzon, en Turquía, limitada por el Mar Negro y donde en el año 401 antes de Cristo, guerreros griegos  y romanos fueron víctimas “enloquecidas” del consumo de esas colmenas. Sin embargo, en realidad la miel surge cuando las abejas se alimentan del néctar de las flores de determinadas plantas que florecen en los meses de abril y mayo.

Estas plantas son unos arbustos que pertenecen a la familia del Rhododendron, cuyas especies el R.ponticum y R. macrophylum así como las Azaleas, contienen en sus hojas, flores y demás productos, la toxina grayanotoxina neurotóxica que ocasiona serios trastornos como: debilidad muscular, mareos, náuseas, vómitos, descenso de la presión sanguínea, alteración del ritmo cardíaco e incluso en casos extremos, si la ingestión ha sido muy elevada, puede producir parálisis respiratoria y la muerte.

¡Ojo! pero esto último no ocurre comúnmente en humanos, lo cual ha sido demostrado en investigaciones realizadas, donde la intoxicación no resulta letal, en cambio sí en animales de pastoreo como ganado, ovejas, cabras y animales domésticos como perros y gatos.

Por lo expuesto, tal parece que el motivo de intoxicación con consecuencias muy negativas puede recaer en una falta de conocimiento en cuanto a la identificación de las especies de las plantas mencionadas, de las cuales se sabe que abundan en países como Turquía, Alemania, Austria, Suiza, Corea, Nepal, entre otras, que pueden contener la toxina o también como una forma deliberada de ingestión ya sea con fines afrodisíacos o terapéuticos quizás producida por aquellos apicultores sin escrúpulos.

Lo cierto es que una recomendación a considerar, es no consumirla en preparaciones herbales, ingerirla en pequeñas cantidades en un principio y ver si se manifiesta algún efecto secundario como arritmias, palpitaciones o latidos irregulares, fatiga, mareos y desmayo.

Si así sucede, suspender inmediatamente y acudir al médico.

Por ahora, si la tienes

¡Pruébala primero y date el placer de disfrutar ese endulzante, prodigio de la Naturaleza!


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