‘Un amigo para Frank’ En un futuro no muy lejano de cuyo año no puedo acordarme

 
No puedo negar mi escepticismo a la hora de enfrentarme a una película que narra la historia de amistad de un anciano enfermo de alzheimer y un robot. Pese a grandes aciertos actuales en la alianza del celuloide y la robótica (un ejemplo claro es la española ‘EVA‘) es un punto de partida que no me interesa demasiado e incluso me parece algo ridículo. Pero como la mayoría de veces en las que me atrevo a hacer un juicio previo, me equivoco esta vez, no podía ser diferente.

No sabemos en que año nos encontramos. Solamente sabemos que es un futuro no muy lejano en el que Frank (ex ladrón profesional interpretado por Frank Langella) no se siente bien. Él es único usuario de la biblioteca de su ciudad, pero releer una y otra vez esos libros no le ayudan a superar la desidia diaria. Frank solo parece el mismo cuando recrea a pequeña escala esos robos que hacía en el pasado. Ante esta situación sus hijos deciden regalarle un robot que le haga las tareas domésticas y compañía al” aburrido” de Frank.

Pese a la oposición inicial del protagonista ante la tecnología el espectador asiste a la humanización del robot gracias a su nuevo compañero. Pero no, no aprende valores sobre lo que está bien, sino todo lo contrario. Frank le vicia hacia conductas que chocan ante lo que está programado. En este momento es cuando se crea una conexión entre ellos que parece la creada entre Don Quijote y Sancho Panza (que el libro que deciden robar de la biblioteca sea la obra más famosa de Miguel de Cervantes no puede ser una coincidencia), en la que este particular hidalgo parece estar más cuerdo mientras vive aventuras, despertando así de esa apatía inicial.

El director Jake Schreier consigue de esta forma que una película que podría ser un drama sobre hacerse mayor se convierta por momentos casi en un film de intriga policial con unos magníficos momentos de humor entrañable. Una película que enseña que no siempre lo correcto y lo que debemos hacer es lo que nos ayuda a tener una mejor vida. Estoy seguro que gracias a su sincera actuación Frank Langella viviría una resurrección ya iniciada en el film ‘El desafío – Frost contra Nixon‘. ‘Un amigo para Frank‘, además de conseguir que me retracte de mi posición inicial ante ella, incluso logra que un ser adorable como Liv Tayler pueda resultar bastante incómodo.

Espero que no os suceda como me sucedió a mí o le sucedió a Frank, que nos atrevimos a juzgar algo antes de disfrutarlo y nos equivocamos.