Nat huye de la ciudad y de sí misma y se refugia en una maltrecha casa de un pueblo. Lo que allí está buscando llegará de la manera que Nat menos espera.
Un amor es una película llena de pequeños gestos y sensaciones. La sensación de no entender a Nat, una chica que cambia la ciudad por el pueblo en esa idea romántica de soledad y silencio que no se tiene en los pueblos. Desde el principio la acompañaremos en ese entorno hostil que es la casa en la que vive, llena de desperfectos, y el lugar, rocoso, gris, lluvioso.
Vecinos cotillas o perfectos, que solo hacen que las costuras de Nat se sigan abriendo. ¿Quién es? ¿Qué hace allí? Y al final, un perro magullado e indómito y la proposición de uno de los vecinos es lo que hará empezar a despertar a Nat. A salir de lo que ella creía que era, de su propio convencionalismo. Y será duro descubrir que hay cosas de ti que no conoces.
Una estupenda Laia Costa en un papel difícil y complejo. Acompañada por un gran elenco que están todos de diez.