Revista Cultura y Ocio

Un amor sin medida, de María Parra Sánchez y Miguel A. Carroza

Publicado el 24 mayo 2014 por Zeleza @AtardecBajoArbo

Un amor sin medida, de María Parra Sánchez y Miguel A. Carroza

Esta pequeña historia narra las peripecias de dos personas en un mundo donde cada individuo tenía su lugar establecido. Donde todos sabían qué se esperaba de ellos y actuaban en consecuencia, aun cuando a veces eso implicara ser infelices.

Sin embargo, nuestra pareja acabó rompiendo las normas, unas leyes no escritas pero férreamente seguidas, mas hemos de alegar en su defensa que llevaron a cabo tal trasgresión movidos por dos poderosas razones: el amor y el deseo de ser ellos mismos.

Bonita y divertida historia para los pequeños, pero también para los grandes.

Leer y reseñar una novela para los más pequeños siempre es un reto. No se puede tratar igual a ambas, y lo que de niño entretiene y divierte, ahora puede que parezca hasta tedioso.

Pero no es el caso de esta hermosa historia.

El escenario de la historia es un mundo similar a la Tierra Media después de derrotar al Señor de las Tinieblas. Enanos, elfos y humanos viven en armonía. Y felices. Sobre todo dos reinos: el de los enanos y el de los humanos, Gonora.

Los protagonistas son una niña medio elfa medio humana, y un enano raro, raro. Ambos se salen total y absolutamente de sus típicos roles.Son los hijos del rey de los humanos y del rey de los enanos, respectivamente, Ambos reyes fueron camaradas de guerra y pasan mucho tiempo juntos, lo que lleva a que los protagonistas también pasen mucho tiempo juntos y su amistad vaya creciendo.

Y a partir de aquí surgen dos posibilidades. Este es un libro para niños relativamente pequeños, especialmente para niñas, y como es obvio, no sabrán nada del hermoso mundo de los elfos, orcos, trasgos y demás. Luego está al joven y adulto, como yo, que lo lee y se queda maravillado, haciendo comparaciones entre lo que lee y lo que siempre ha creído, haciendo que la risa brote sola.

Para los niños, es una novela muy divertida, llena de humor, de tenacidad, ingenio, de sentimientos verdaderos. La protagonista, Neren, es quien lleva la batuta durante toda la narración, siendo Ili, el enano, quien va siguiéndola. Esto es debido a que Ili es un enano raro, totalmente cambiados en él el patrón de enano que todo el mundo tiene en la cabeza. Al ser Neren la protagonista, teniendo muchos sentimientos de por medio, muchos besos (cosas que a los niños le suele dar mucho asco), un poco empalagoso, con animalitos por todos lados y con poca batalla, es posible que una niña lo disfrute muchísimo más que un niño.

Neren, a pesar de tener 18 años, no los aparenta en ningún momento. Aunque es decidida y sabe lo que quiere, tiene muchas rabietas. También es cierto que es una princesa y, como ya dije, está todo al revés para los dos protagonistas. Desde la primera página se ve como Neren quiere a Illi y en el futuro quiere casarse con él. Ili, quien tiene complejo por su baja estatura, solo sabe soñar con que Neren le quiera, pero es incapaz de ver todas las señales que la niña le envía.

El libro enseña a los niños muchas lecciones. Tolerancia para todas las razas; que dos razas diferentes puedan ser amigos; respeto para todo, para personas como para los animales; no hacer caso de los prejuicios, y que cada uno dictamine sus propios juicios, independiente del resto. Así mismo, enseña a no rendirse ante las adversidades y seguir luchando por lo que se quiere.

Generalmente, no hay problema para leerlo; los autores hilvanan la historia sin fisuras ni se tiene la sensación de que ciertas partes están metidas a presión. Narran la historia con infinita gracia, que hará las delicias de los pequeños lectores. Pero si aparecen con cierta asiduidad palabras que, a mi juicio, un niño no las puede saber por lo cultas y lo poco que se ven; es más, dudo que hasta los adultos sepan todas. Voluptuosas, efluvios, pavorosos, atisbo... son solo unas cuantas palabras de las muchas que hacen acto de presencia. Lo bueno que presenta esto es que "obliga" al joven lector a usar el diccionario, a aprender palabras nuevas. Pero en conversación no son muy útiles.

A pesar de poseer tantas páginas, la letra es grandecita, hay mucha separación entre frases, y de vez en cuando aparece un divertido dibujo ilustrando una escena. Esto hace que tenga un tamaño adecuado para que al niño le dure el libro un tiempo, pero que no lo vea como infinito, mientras que el adulto se lo puede leer en cualquier lado. Yo ejemplo, yo me lo he leído en el bus para la universidad, y las últimas cincuenta páginas en la cama.

Un amor sin medida, de María Parra Sánchez y Miguel A. Carroza

-No protestes tanto, padre - continuó en voz alta-, piensa que lo hice por el bien de tu figura.

Tienes una buena barriga y no te viene mal hacer un poco de dieta.

-¡Mi barriga está perfecta! -vociferó su padre de lo más ofendido.

Para desgracia de los comensales femeninos, se levantó [...], remangándose la ropa, exhibió

con suma jactancia la parte de su anatomía ultrajada.

Si lo lee un adulto, será inevitable no compararlo con el Señor de los Anillos. Pero no comparaciones odiosas, sino divertidas. Se reirá ante la descripción de los enanos, que es cierta, pero nunca se había contado con tanta gracia; cuando hagan acto de presencia los orcos, el lector no niño se quedará de piedra al ver el giro de acontecimientos; situaciones de palacio, donde la cortesía y los modales brillan por su ausencia, totalmente distinto a lo que venimos acostumbrados. Yo debo decir que me he reído mucho y me lo he pasado muy bien leyéndolo.

Ahora bien, no soy muy dado a libros románticos, por lo que Ili llegó a exasperarme debido a su total autocompasión y no ser capaz de ver unas señales tan evidentes. Sé que esto es cosa mía; posiblemente si lo hubiese leído cualquiera de mis colaboradoras no lo diría, y una niña muchísimo menos. Lo que sí puede hacer es recordar al lector cómo era él de pequeño y comparar a los protagonistas con su propia historia, haciendo rememorar momentos que seguramente le haga sonreír.

Desde el punto de vista de adulto, le tengo que poner dos "pero" a esta preciosa historia. En uno, la princesa golpea a un soldado, dejándolo inconsciente, y ella le dice "perdón, pero lo hago por amor". No sé hasta que punto es bueno decirle a una niña o un niño que por amor está justificado todo. Son muy pocos los casos en los cuales el fin justifica los medios.

El otro es otra frase, esta vez de Ili, que le dice a su padre "me gusta que me mangonee". Pienso que hubiese sido mucho mejor decir "estoy siempre de acuerdo con ella" o "no me mangonea, la seguí por amor". Mangonear es dominar, manipular, imponerse a los demás, y realmente a una pareja ninguna de las tres cosas que significa mangonear le beneficia.

El final, tanto para los niños como para las niñas, será perfecto. Pero estoy totalmente seguro que en las últimas páginas, un adulto se lo pasará mejor con la historia, debido a todo lo que he dicho anteriormente.

Para finalizar, decir que es una historia muy bien contada, que encantará a pequeños y adultos. Es el libro que todo padre amante de lo épico o freak (friki), como yo lo seré, le daría a sus hijos, sobre todo a una hija, para introducirlos en el maravilloso mundo de la literatura épica fantástica.


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