Marion Pilippina van Binsbergen nació el 7 de noviembre de 1920 en Ámsterdam. Su padre, Jacob van Binsbergen, era juez, su madre, Grace, era ama de casa de origen británico. Marion estudió en Inglaterra y Holanda y se graduó en trabajo social en Ámsterdam.
Cuando estalló la Segunda Guerra Mundial, Marion era una joven estudiante que observó con miedo la ocupación nazi de los Países Bajos. En 1941 fue detenida por los alemanes acusada de colaborar con la resistencia. A pesar de que ella siempre negó dicha vinculación, permaneció seis meses en prisión.
Poco tiempo después empezó a trabajar como trabajadora social. Un día de la primavera de 1942 su vida cambió por completo cuando fue testigo de cómo los nazis detenían a un grupo de judíos, entre ellos niños, y los cargaban en un camión para ser trasladados a un campo de concentración. Fue entonces cuando se dio cuenta que tenía que hacer algo para ayudar a la comunidad judía. Desde su puesto de trabajadora social en un centro de rehabilitación empezó a registrar a niños judíos como si fueran suyos, les facilitó identidades falsas y les buscó refugio entre las muchas familias que colaboraban con la resistencia.
A lo largo de cuatro años, hasta el final de la guerra, Marion consiguió salvar la vida de al menos ciento cincuenta personas, la gran mayoría niños. En su propia casa escondió durante mucho tiempo a la familia de un prestigioso sociólogo, Fred Polak. Marion era consciente del peligro que corría ella misma pero no dejó nunca de jugarse la vida en lo que ella consideraba una terrible injusticia. Llegó incluso a disparar contra un policía nazi para proteger a la familia Polak.
Al finalizar la guerra se incorporó a la Administración de las Naciones Unidas para el Auxilio y la Rehabilitación para ayudar al mayor número de personas desplazadas durante el conflicto. Fue en aquella época cuando conoció al que se convertiría en su marido, un militar estadounidense llamado Anton Pritchard con el que tuvo tres hijos.
La pareja se trasladó a los Estados Unidos donde Marion trabajó como psicoanalista infantil e impartió un sinfín de conferencias para que nadie olvidara la infamia del holocausto. Marion recibió muchos homenajes y en 1981 fue condecorada como "Justa entre las Naciones".