Fue hace un año que la idea se empezó a gestar en la cena familiar de fin de año. Mamá se reunió con su hermano y con mi abuela, y esa noche a mi prima se le ocurrió que el siguiente fin de año lo pasaríamos en Acapulco.
La verdad es que en fin de año nunca nos reunimos todos, pero a la playa ni quien le huya así que pronto todos nos empezamos a apuntar para el viaje. Empezaron a planear y organizar como sería todo, y entre que sí, que no, que siempre sí, se llevó a cabo el viaje.
Nunca habíamos viajado en estas fechas. Tenía una idea muy distinta de las fiestas de esta época: días fríos, árboles navideños, pavo y la ciudad. Sin embargo esta vez conocimos otra cara de estas festividades: sol, arena, mar y mariscos.
Claro que viajar en bola siempre es complicado y es difícil la organización de tantos, pero lo disfrute bastante junto a mis hijas, lejos del estrés y todo el caos que hay en la ciudad en estos días. Además disfrute pasar la fecha junto a mis padres, mi abuela y toda mi demás familia.
Isabel disfruto en exceso el mar, su segundo viaje a la playa y como ya estaba más grande pudo explorar la arena, el mar y la alberca. Desde que llegamos a la casa dónde nos hospedamos y vio a su hermana en la piscina, empezó a gritar de emoción, la acerqué a la orilla y empezó a manotear en el agua así que la metí de inmediato al agua. Constanza ni se diga, como iba también mi sobrina, tuvo con quien jugar y disfruto mucho más que otras veces tanto el mar como la alberca.
La cena para recibir año nuevo fue en un restaurante ubicado en la zona costera, a la orilla del mar para poder disfrutar los fuegos pirotécnicos, aunque Constanza y mis padres creen que deberían estar prohibidos. El menú fue langosta, pechuga cordón blue y papa al horno, un menú totalmente diferente al que yo acostumbraba en estas fechas. Y todo amenizado por música en vivo. Me quedé con un grato sabor de boca, creo que volvería a viajar en estas fechas, es más divertido que estar en casa cocinando. Cabe destacar que estoy muy agradecida con mis padres por haber hecho posible este viaje: Edgar y yo no iríamos pues no contábamos con el presupuesto suficiente, pero mis padres nos apoyaron bastante para que pudiéramos realizar el viaje.
En fin, cargamos mucho pila en la playa, para iniciar cargados de energía este año. Así que ha comenzar la aventura.