Durante varios años hice una lista de propósitos literarios que quería lograr en cuanto a mi lectura. Y aunque todo suena muy bonito al principio, con el tiempo vi que no me encauzaba por donde se supone que debería. Por eso este año he decidido hacer algo que debí haber intentar hace tiempo: no marcarme unos propósitos que cumplir y a ver qué resulta.
Leer más clásicos, leer más en español, más libros de fantasía... siempre me ponía ese tipo de ideales y la verdad es que nunca los terminaba cumpliendo. Empezaba a sentir sienta presión a la hora de elegir libros en particular o comprar libros en un tiempo limitado de tiempo y todo esto me di cuenta que era imposible para mi y por eso al final terminé desistiendo.
Creo en la utilidad de los propósitos y los que se animan a hacerlos y cumplirlos, pero también creo que en la libertad que ejerzo en mi vida lectora. No me gusta ser digamos, encorsetada, y por eso termino leyendo lo que me apetece y no una lista determinada de lecturas. Creo que por eso mi lista de pendientes no baja nunca porque me llaman la atención libros y puede que luego ya no. Soy así de volátil en cuanto a lo que quiero leer.
Me encanta tener ideales que puedo ir incrementando con el tiempo, como leer más mujeres, leer más autores de mi país o intentar con temáticas y géneros que no suelo leer. Y creo que está bien, simplemente no me voy a poner un limite como un año para lograrlo o marcármelos como una regla que voy a romper. Estoy muy emocionada por ver como me va con este año sin propósitos.
¿Ustedes son de propósitos literarios? ¿Los cumplen o no es algo tan importante?