Ya ha pasado un año desde que te fuiste, y no me acostumbro a tu ausencia. Sigo pensando que al abrir la puerta, te encontraré en tu lado del sofá, ese que ahora ocupamos otros, pero que sigue teniendo tu esencia. Sigo pensando que tengo que llamar para preguntar cómo ha ido en el médico, y sin embargo no es tu voz la que escucho al otro lado del teléfono. Es duro recordarte cada día, y saber que jamás volveré a coger tu mano, a abrazar tu cuerpo, o a darte un beso. Y sin embargo, me asusta pensar en el día en el que me olvide de recordarte.La vida es injusta mama. Son tantas las cosas que vas a perderte. Tantas y tan importantes. Son tantos los recuerdos en los que no estarás presente, que daría lo que fuera por volver a tenerte. Aunque solo fuera un día, un instante. Son muchas las cosas que querría decirte.Te echo de menos. Echo de menos tu voz, echo de menos tu risa, tu presencia, y tu ausencia. Esa que vivía estando lejos, pero que sabía que podía desaparecer en cualquier momento, solo con ir a verte, o llamarte. ¿Y ahora cómo hago que desaparezca? ¿Cómo hago que el dolor se marche? No debiste irte tan pronto, no después de tanta lucha, no tan rápido sin dejarme despedirme.
Te quiero... Eternamente.