Un equipo internacional de científicos descubrió cómo un importante antibiótico natural llamado dermcidin, producido por la piel cuando sudamos, es una herramienta muy eficaz para combatir los gérmenes de tuberculosis y otras bacterias peligrosas.
Sus resultados podrían contribuir al desarrollo de nuevos antibióticos que controlen bacterias multirresistentes.
Los científicos han descubierto la estructura atómica del compuesto, lo que les permite localizar por primera vez lo que hace que el dermcidin sea un arma tan eficaz en la lucha contra las baterias peligrosas. Aunque se sabe que existen alrededor de 1700 tipos de estos antibióticos naturales, los científicos habían logrado, hasta ahora, una comprensión detallada de cómo funcionan.
El sudor extiende antibióticos altamente eficientes en nuestra piel que nos protegen de agentes peligrosos. Si nuestra piel se lesiona por un pequeño corte, un rasguño o una picadura de un mosquito, compuestos antibióticos secretados por las glándulas sudoríparas, como el dermcidin, matan rápida y eficazmente a los invasores.
Estas sustancias naturales conocidas como péptidos antimicrobianos son más eficaces a largo plazo que los antibióticos tradicionales, ya que los gérmenes no son capaces de desarrollar rápidamente resistencia contra ellos.
Los agentes antimicrobianos pueden atacar la pared celular de las bacterias, que no puede ser modificada rápidamente para resistir el ataque. Debido a esto, los péptidos tienen un gran potencial para formar una nueva generación de antibióticos.
Los científicos han sabido por algún tiempo que el dermcidin se activa en un sudor salado, ligeramente ácido. La molécula forma entonces canales diminutos que perforan la membrana celular de las bacterias. Como consecuencia de ello, el agua y las partículas cargadas fluyen sin control a través de la membrana, eventualmente matando los microbios perjudiciales.
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