Estudios
recientes plantean que la disminución del
aporte de zinc al inicio de la formación de las conexiones nerviosas causaría problemas
de neurodesarrollo. Aunque no está claro si la deficiencia de zinc contribuye
al autismo, los científicos ahora han definido en detalle un posible vínculo
mecanicista. Esta investigación muestra cómo el zinc da forma a las conexiones o
"sinapsis" entre las células del cerebro que se forman durante el
desarrollo temprano, a través de una compleja maquinaria molecular codificada
por genes de riesgo de autismo. Esto sugiere que la falta de zinc durante el
desarrollo temprano podría contribuir al autismo a través de la deficiencia de
la maduración sináptica y la formación del circuito neuronal. Estos hallazgos
nos llevan a sugerir a las mujeres que durante el periodo del embarazo sobre
todo en el primer trimestre aumenten el consumo de alimentos ricos en zinc, con
el fin de ayudar a prevenir problemas neurológicos. Los alimentos que contiene
alto contenido de zinc son: Los crustáceos, el hígado, la carne roja, pescado y
camarones, frutos secos, chocolate, espinacas, frijoles, semillas de auyama, ajo, arroz, guisantes y maní.