Revista Opinión

Un árbol mutilado

Publicado el 04 junio 2017 por James Nightingale @atracoalpueblo
UN ÁRBOL MUTILADOUn árbol mutiladoUnos extraños anónimos dijeron que protestaban por “la libertad”. Trancaron la calle de madrugada. En la semioscuridad sacaron sus machetes amolados y para cerrar el camino cortaron un árbol con ferocidad. Golpearon sus armas contra el tronco. Cada golpe dado producía un eco de muerte, un grito silente de dolor. Picado en la mitad cayó sobre la vía. Al hacer esta crueldad cercenaron vidas sin compasión alguna. Murió el árbol, se cayeron los nidos con pichones y las madres inquietas tuvieron que volar sin poder salvar a sus crías. Estos seres de la maldad coartaron el cauce natural de la existencia, el derecho a vivir. Eliminaron un espacio de oxígeno natural, le quitaron la sombra a un sector de la tierra, y ahora la comunidad se encuentra con un lugar menos de cobijo y colorido. Se llevaron por delante una historia, tiempo de crecimiento, florecimiento, belleza, estética, sonido, brisa, comunicación y canto.Nada importó a los sujetos. La lucha primero después veremos, exclamaban. Hicieron padecer a los vecinos, pues ante la fuerza de los machetes, cada reclamo hecho implicaba amenazas e intimidación. Con el pasar de las horas los individuos se fastidiaron de su “lucha social por la libertad” y se fueron. Quedó el árbol con sus ramas y tronco cortados en medio del asfalto. Una tristeza indescriptible.
Al final del día, ¿cuál objetivo social loable o significativo se cumplió? ¿Cuál fue la crítica real al sistema? ¿Hubo contenido teórico-práctico para el cambio de sociedad? ¿Se escribió algún documento? ¿Dónde estuvo la ética? Este hecho no fue oponerse al opresor, fue un acto de impudicia y opresión en sí. Son parte de la cadena que produce tanto pesar en la población la cual tiene su origen en el poder central, en el núcleo del gobierno. La actitud es idéntica: avasallante, exterminadora. La auténtica fuerza para el cambio social respeta la alteridad. No hiere, destroza, lesiona o mata. Por el contrario, respeta las diferentes manifestaciones de vida. Hay infinitas formas de resistir y enfrentar el oprobio en lo individual o colectivo. Algunas de ellas: cantar, tocar un instrumento musical, debatir, esculpir, dibujar, organizarse, solidarizarse, acompañar, caminar, recrear, hacer poesía, estudiar, leer, escribir, tejer, orar, meditar. Modos los cuales respetan la vida y canalizan la acción de manera coherente, efectiva.Nunca se puede hablar de libertad cercenado a la naturaleza o vilipendiando los derechos humanos, civiles, económicos, culturales.
Quienes tumbaron el árbol son una copia fiel de la infamia. Reproducen al sistema y su ignominia. Salieron de la entrañas del engendro.
Lorenzo Figallo Calzadilla @hmcaminante
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