Mariano Rajoy es un inútil total, incapaz de tomar decisiones imprescindibles, dejando que todos los asuntos graves se solucionen a la gallega, es decir con el paso del tiempo, y entre muchos otros inmensos errores no sustituye al peor Ministro del Interior que ha tenido el país desde que murió el dictador, y quién sabe si incluso mucho antes.
La irresponsable estrategia que indefectiblemente sigue el PP de atizar a Catalunya en cuanto flojea la intención de voto dirigida a su partido está llegando a extremos dignos de un manicomio de alta seguridad. Desde poco antes que se iniciase oficialmente la campaña electoral Wert ya había reanudado la ofensiva sobre el tema educativo y lingüístico, y desde el jueves 14, y para animar más el cotarro cuando faltan diez días para el de las votaciones, Fernández Díaz se ha unido a la sarta de animaladas.
Resulta que en el caso de la organización yihadista desarticulada en el mes de Abril por los Mossos con 11 detenciones, y a lo largo de su investigación desde mediado el 2014, la policía catalana había incluido en la denuncia ante el Juez Pedraz que se encargaba del caso el hecho que los inculpados habían sido advertidos antes de su detención de que estaban siendo investigados, denuncia que parece ser el juez tenía aparcada a pesar de la evidencia clara, reconocida por el propio juez, de que esos avisos se habían producido, y ante el poco entusiasmo del juez por investigar ese soplo, los Mossos concretaron su denuncia con nuevas y más concluyentes evidencias que incluían escuchas telefónicas que implicaban a mandos de la Policía Nacional, e incluían el informar a los yihadistas que los Mossos tenían un infiltrado entre ellos. Esta semana el juez Pedraz ha levantado el secreto del sumario y a pesar de ser conocedor de toda la historia y de que por el momento nadie la había hecho pública, el señor Ministro del Interior, que ya había rebuznado repetidamente en relación con el yihadismo en Catalunya, aprovechó la ocasión para reanudar sus rebuznos a todo volumen en relación con el asunto, lo que ha desatado una verdadera catarata de comentarios y manifestaciones desde los sindicatos de policías y de mossos de escuadra, a los directores generales de la Policía, la Guardia Civil y los Mossos junto con el Conseller de Interior y prácticamente todo quisqui involucrado en el asunto, con profusión de insultos dirigidos hacia el lado catalán de la bronca, para no perder la tradición.
En conclusión, lo de siempre. En cualquier país mínimamente serio, donde no imperase el cachondeo gobernado por locos de atar como en España, cualquier mínima sospecha de soplo de agentes de policía a delincuentes sería investigado a fondo por orden, voluntad e imposición de todos sus mandos, y el resultado de la investigación, llevada con la máxima discreción, de ser positivo daría lugar a sanciones ejemplares. En la cachondisima España, y en un tema de tanto riesgo y peligrosidad como el terrorismo islamista, ante no solo una sospecha, sino una denuncia se lleva a cabo una investigación de risa y el asunto acaba provocando una bronca pública entre todos los estamentos implicados, en la que encima el imbécil que dispara el primer tiro que inicia el griterío es nada menos que el que debía haber dado la orden de iniciar una investigación seria, profunda y discreta: el Ministro del Interior, que para mayor cachondeo y como una prueba más de la forma descerebrada en que actúan, lo hace para contribuir a una campaña irresponsable para captar votos para su partido.
Si a pesar de las continuas demostraciones de irresponsabilidad e inconsciencia del PP, en especial con su estrategia “catalana” para captar votos, el método les funciona y obtiene mayoría aunque no sea absoluta, en cualquiera de las elecciones que se celebran este año quedará demostrado lo que afirmaba una encuesta reciente: que el nivel de ignorancia y estupidez en España es anormalmente alto.
Como que uno de los mejores antídotos contra el cabreo mayúsculo es el sentido del humor, os adjunto un chiste de Kap de La Vanguardia sobre el yihadismo.