Revista Opinión

Un aspecto importante dentro de las relaciones humanas.

Publicado el 06 febrero 2018 por Carlosgu82

Imaginemos por un momento que en la actualidad las relaciones personales entre parejas heterosexuales, son iguales a las experimentadas hace medio siglo o más. Podríamos imaginar dos escenarios.: Parejas felices y unidas o parejas estables pero infelices. Afortunada o desafortunadamente las condiciones y estilos de vida en años pasados eran de alguna manera mejores que los que estamos viviendo ahora, y eso permitía q las falencias afectivas q pudieran haber, se compensaran con la estabilidad económica y un conformismo q no dejaba ver más allá de los sentimientos. A eso podemos sumar la cultura del machismo que aun estos tiempos sigue siendo arraigada a pesar de las tendencias liberales femeninas.

Durante los últimos años hemos concebido de nuevo la idea de la igualdad entre hombres y mujeres, cosa que no es del todo inestimable,  y por ende las nuevas generaciones de matrimonios y uniones libres tienen nuevas reglas de juego, donde se es consciente de que las responsabilidades son compartidas, cosa que golpea aun fuertemente el ego masculino, aun cuando ellos han logrado dominar sus tendencias a ser o creerse superiores.  Sin creerlo el género femenino ha logrado alcanzar una posición de igualdad frente las capacidades y  aptitudes del sexo opuesto.  Y eso ha sido una ventaja en algunos aspectos. Sin embargo aún sigue llevando la carga más grande dentro del hogar.

Ahora si bien es cierto tanto hombres como mujeres han obtenido ciertas ventajas, durante los últimos tiempos se ha visto, como las relaciones de pareja se deterioran, podemos decirlo con cierta facilidad, a raíz de esas ventajas (o desventajas) que hay dentro de esos hogares.

Finalmente condiciones laborales o emocionales,  terminan afectando la estabilidad de las parejas y mermando la paciencia que pueda existir para aguantar esas dificultades.  Hoy en día las personas no poseen el mismo carácter de otros tiempos para afrontar los problemas deciden dar paso a las separaciones o divorcio. No hay que decir con esto que permitir abusos de tipo maltrato verbal o físico, ni nada parecido. Pero infortunadamente vemos que las relaciones se acaban por razón que no son tan poderosas.

De ahí viene el siguiente paso q es decidir qué hacer después de…..

Cuando no hay hijos de por medio puede llegar a ser más fácil la resolución. Sin embargo en caso contrario las determinaciones son distintas. El común denominador de las acciones a seguir es, quien se queda con que, quien se hace cargo de, y lo fundamental, establecer el papel que se desempeña con respecto a los niños. Tanto ellos como ellas, desarrollan actitudes, que muy seguramente no se hubiesen dado, de estar en el mejor de los momentos dentro de la relación.  Cosa que es difícil de juzgar o reprochar, pues no hay cartillas que enseñen o instruyan a parejas durante y después de la separación. Algo desfavorable, pues se muestra lo peor de cada uno.

Que se puede hacer?….


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