Cuando uno piensa en cine social, inmediatamente le viene a la mente el trabajo de ciertos cineastas de prestigio como Vittorio de Sica, Nieves Conde, Ken Loach, Fernando León de Aranoa o los hermanos Dardenne. Sin embargo, nadie podría imaginar que el magnífico director nipón Hirokazu Kore-eda, especializado en reflexionar sobre la familia con excelentes producciones como Nuestra hermana pequeña, De tal padre, tal hijo o mi película favorita Kiseki (milagro), nos iba a ofrecer un producto de la citada característica. Un asunto de familia reflexiona lógicamente sobre esta institución, pero se centra en una familia, valga la redundancia, en situación de riesgo. Este relato es descarnado porque vemos que sus protagonistas tienen que cometer pequeños robos y perder la dignidad en trabajos que promueven el hedonismo para sobrevivir, con lo que, en esta ocasión, no se puede decir que sea una historia para todos los públicos como ha pasado en otros momentos con sus trabajos.
Por cierto, esta película sería una mezcla entre Still walking por introducirse en el día a día de tres generaciones y Air doll a la vez, por mostrar un mensaje negativo sobre la sexualidad, puesto que presenta algunas escenas subidas de tono en lugares poco recomendables. No obstante, la película es visualmente muy atractiva, ayudando a comprender que es lo que le lleva a un hombre a comportarse de un determinado modo. Los diálogos resultan creíbles y. a pesar de ser presentadas varias escenas con parsimonia, no paran de ocurrir cosas, llamando la atención del espectador.
El argumento gira en torno a una familia de clase obrera y de sustrato cultural muy bajo que adoptan a una niña de un modo muy particular que sufre malos tratos.
El valor de la acogida se hace presente, pues, a pesar de la “odisea” por la que pasan, éstos entienden que existen personas que se encuentran en situaciones mucho más difíciles que por las que ellos viven. Se trata de individuos con tendencia a la delincuencia, pero con el corazón generoso y una gran capacidad para amar. En relación con ello, esta cinta expresa el drama de una mujer con unas ganas tremendas de ser madre, que es estéril, sufriendo mucho por ello. Esta propuesta de una familia disfuncional, salvando las distancias, guarda ciertos paralelismos con Pequeña Miss Sunshine, siendo está mucho más difícil de digerir, ya que es bastante más dura y, por supuesto, no es tan divertida ni muchos menos que esa producción americana. De todas formas, esta producción nos ofrece momentos emocionantes que nos hablan de la necesidad de querer y de sentirse queridos (publicado en Cope).