¿Un ataque de ansiedad es peligroso? Esta pregunta es común entre quienes hemos experimentado o sabemos de alguien que padece de ansiedad. En el artículo anterior describía qué es un ataque de ansiedad, sus causas y tratamientos. Hoy analizo la peligrosidad del mismo.
Primero de todo ¿qué es un ataque de ansiedad?
Un ataque de ansiedad es una manifestación aguda de ansiedad que se caracteriza por un súbito sentimiento de miedo o pánico intenso. Los síntomas pueden incluir palpitaciones, sudoración, temblores, sensación de falta de aire, y un intenso temor a que algo malo suceda. Aunque estos momentos son extremadamente desconcertantes, rara vez son peligrosos en sí mismos.
Yo experimenté ataques de ansiedad mientras conducía, y en el libro “Sin miedo” escrito por Rafael Santandreu (y que sirve de manual para parar los ataques de ansiedad), encontré algo que me llamó mucho la atención. En él, Rafael decía que ir de copiloto con una persona que sufriera ansiedad le daba una cierta seguridad. ¿Por qué? pues porque aquella persona que conduce con miedo, no tiene conductas peligrosas.
Aquí hay que puntualizar que esto puede depender, pues si una persona sufre un ataque muy fuerte, puede acabar originando un accidente, y ahí sí sería peligroso. Pero como norma general, el miedo en estos casos hace que la persona vaya con extremo cuidado, mientras que alguien que conduzca sin ningún miedo, puede tener una conducta temeraria.
Efectos de los ataques de ansiedad ¿cuándo un ataque de ansiedad es peligroso?
Desde una perspectiva científica, los ataques de ansiedad, aunque intensos y angustiantes, generalmente no son considerados peligrosos en términos de causar daño físico inmediato. Sin embargo, su impacto en la calidad de vida y el bienestar psicológico puede ser significativo, por lo que es importante no subestimar sus efectos.
Impacto físico
Un ataque de ansiedad típicamente incluye síntomas como palpitaciones, sudoración, temblores, dificultad para respirar, mareos, alteraciones en la visión, dolor en el pecho y sensación de pérdida de control. Estos síntomas son la respuesta del cuerpo a una percepción de amenaza, activando la respuesta de lucha o huida. Aunque estos síntomas son físicamente intensos, no suelen causar daño físico irreparable, y por tanto no son peligrosos a largo plazo. Si se mantienen durante mucho tiempo, al causar inflamación en el cuerpo, sí que pueden causar efectos a largo plazo.
Investigaciones relevantes
Según la literatura científica, aunque los ataques de ansiedad pueden ser extremadamente perturbadores, no son inherentemente peligrosos. Un estudio publicado en el “Journal of Psychiatric Research” sugiere que, aunque los ataques de pánico (una forma intensa de ataque de ansiedad) activan intensamente el sistema de respuesta al estrés del cuerpo, no tienen efectos nocivos a largo plazo en la salud física de la mayoría de las personas.
Efectos a largo plazo
Sin embargo, la experiencia recurrente de ataques de ansiedad puede llevar a un mayor riesgo de desarrollar ciertas condiciones como el trastorno de pánico o trastorno de ansiedad generalizada. Además, la ansiedad crónica puede contribuir a problemas de salud a largo plazo, como enfermedades cardíacas, debido al estrés continuo y la presión sobre el sistema cardiovascular.
Importancia del tratamiento
Aunque un ataque de ansiedad individual no suele ser peligroso, es importante abordarlos adecuadamente a través de estrategias de manejo de la ansiedad y tratamiento profesional para prevenir el deterioro de la calidad de vida y evitar el desarrollo de trastornos de ansiedad más serios.
Posibles tratamientos
El tratamiento de los ataques de ansiedad es multifacético, incluyendo terapias psicológicas y, en algunos casos, medicamentos.
- Terapia Cognitivo-Conductual (TCC): es una de las terapias más efectivas, ayudando a las personas a identificar y cambiar pensamientos y comportamientos que desencadenan la ansiedad.
- Medicación: antidepresivos y ansiolíticos pueden ser prescritos para aliviar los síntomas, aunque siempre se deben considerar dentro de un plan de tratamiento integral.
- Técnicas de relajación y manejo del estrés: la meditación, yoga, y ejercicios de respiración pueden ser herramientas poderosas para controlar la ansiedad.
- Cambios en el estilo de vida: un enfoque holístico que incluye ejercicio regular, dieta equilibrada, y sueño adecuado también puede ser beneficioso.
¿Cuándo pueden ser peligrosos los ataques de ansiedad?
pueden ser peligrosos en ciertas circunstancias y tener un impacto negativo en la calidad de vida si no se manejan adecuadamente. A continuación, se describen algunas situaciones en las que los ataques de ansiedad pueden ser peligrosos:
- Deterioro de la calidad de vida y salud mental: la experiencia frecuente y no tratada de ataques de ansiedad puede llevar a trastornos de ansiedad crónicos, depresión, y otros problemas de salud mental, disminuyendo significativamente la calidad de vida de una persona.
- Conducta de evitación: las personas pueden empezar a evitar situaciones o lugares que temen que desencadenen un ataque de ansiedad, lo que puede limitar sus actividades diarias, relaciones sociales, y oportunidades laborales, llevando a un aislamiento y problemas socioeconómicos.
- Impacto en la salud física: aunque los ataques de ansiedad en sí mismos no suelen causar daño físico directo, el estrés crónico y la ansiedad pueden contribuir a problemas de salud a largo plazo, como enfermedades cardiovasculares, problemas digestivos, y un sistema inmunitario debilitado.
- Confusión con otras condiciones médicas: los síntomas de un ataque de ansiedad pueden ser similares a los de otras condiciones médicas graves, como ataques cardíacos. Esto puede llevar a una confusión y retraso en la búsqueda de atención médica adecuada para condiciones potencialmente mortales.
- Uso indebido de sustancias: algunas personas pueden recurrir al alcohol, drogas, o medicamentos no recetados para tratar de manejar sus síntomas de ansiedad, lo que puede llevar a la dependencia, abuso de sustancias, y otros problemas de salud.
- En situaciones peligrosas: si un ataque de ansiedad ocurre en una situación peligrosa, como conducir, operar maquinaria pesada, o en un entorno que requiere atención y concentración, puede incrementar el riesgo de accidentes.
Reflexiones finales
Aunque un ataque de ansiedad puede sentirse amenazante, raramente constituye un peligro físico directo. Con el conocimiento adecuado y las estrategias de manejo, es posible reducir su frecuencia e intensidad, llevando a una vida más tranquila y controlada.
Sin embargo, y por la razones mencionadas en el último apartado, es importante buscar ayuda profesional para gestionar los ataques de ansiedad y desarrollar estrategias efectivas para manejar el estrés y la ansiedad, reduciendo así el riesgo de consecuencias negativas a largo plazo.
Referencias
- Craske, M. G., & Stein, M. B. (2016). Anxiety. Lancet, 388(10063), 3048-3059.
- Bandelow, B., & Michaelis, S. (2015). Epidemiology of anxiety disorders in the 21st century. Dialogues in Clinical Neuroscience, 17(3), 327–335.
- Bittencourt, J., & Velasques, B. (2013). The neuropsychology of anxiety: An enquiry into the functions of the septo-hippocampal system. Oxford University Press.