1945. Un barco vuelve a Estados Unidos con soldados, después de derrotar a Hitler. Marlene Dietrich, la famosa actriz alemana nacionalizada estadounidense, está en el puerto. Un soldado le pide un beso desde una escotilla. Ella, que había huido de Alemania por su antinazismo, que había participado en conciertos y actuaciones para recaudar dinero para el esfuerzo de guerra, pide que la levanten. Si un soldado que había arriesgado su vida para vencer a Hitler quería un beso suyo ella le daría el más apasionado beso que fuera capaz de dar. Seguramente aquel soldado no olvidó nunca el beso que al volver de la guerra en Europa le dio aquella leyenda del cine a la que llamaron El Ángel Azul.