Si por algo se va a recordar esta semana, sí, seas de izquierdas o derechas, aunque radicalmente por diferentes motivos, será por el beso que se dieron Pedro Sánchez y Pablo Iglesias escenificando en público el acuerdo al que llegaron tras las, esperemos que por bastante tiempo, últimas elecciones.
Como todo fue tan rápido, daba la impresión de nos habíamos perdido la boda, y llegábamos en el momento aquel de “y comieron perdices y a nosotros nos dieron con el plato en las narices”.
Todavía tardarán mucho tiempo en recuperarse, y si lo hacen, todos aquellos que se hacían los estrechos y ponían peros y problemas a todo lo que sea un acuerdo de izquierdas.
Naturalmente, uno que no es pesimista, sino realista de tantas cicatrices en la piel y en el corazón, sabe que todavía no se ha conseguido nada y que la salida de este túnel va a ser lenta, si es que se consigue, porque ni ayudan los políticos, ni la prensa, ni los empresarios, ni todo aquel que tenga intereses en otras miras.
En otro orden de cosas,y teniendo en cuenta todo lo que le ha pasado este año a este vecino del mundo, y que como diría aquel, al final no hablamos de dinero pero literalmente me ha costado un ojo de la cara, me ha hecho plantearme muchísimas cosas. Y en estas últimas veinticuatro horas, he encontrado a través de YouTube, y primero en la versión de unos niños de La voz-Kids, que como se suele decir, sin reprimir nuestros instintos un pelín caníbales, por aquello de “están para comérselos”, una canción de Pablo López, “El mejor momento”, en realidad una especie de himno compuesto para la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC). Y que si has pasado cuando menos un tiempo complicado, sirve de bálsamo para calmar heridas y mirar hacia adelante, en mi caso, con una sonrisa, y ya me entenderéis, en mi mirada.
...Es el momento de salir y respirar,
Es el momento de cantarle a todo lo que ves,
Es el momento de saltar para caer de pie.
Rompe con la puerta y grita,
Fuerte que se entere el mundo,
Este es el mejor momento...
Debe de ser verdad eso de que la música amansa a las fieras, aunque vengan disfrazadas de tristes pensamientos.
*FOTO Y VÍDEO: DE LA RED