Aquellas sociedades que tegan en su pasivo préstamos participativos de sus socios, sin una esperanza de ser reembolsados a corto plazo, y que, en paralelo crean positivo aumentar su capital, a efectos de mejorar su solvencia frente a la banca, quizás deban considerar la posibilidad de convertir los préstamos en capital. Es una operación sencilla, que requiere un acuerdo de la junta de socios, decidir si se hace a nominal o con prima de emisión, y preparar las actas y documentos correspondientes para elevar a público el aumento de capital ante un notario.
Los costes de una operación así son ahora menores al estar exenta del 1% que se venía pagando hasta finales de 2010 por el impuesto de Transmisiones Patrimoniales y Actos Juridicos Documentados.