El pasado jueves se celebró el Día Internacional de la Mujer. Y un año más oímos la retórica hueca de nuestra clase política. Sus discursos políticamente correctos, pero sin contenido alguno. Infinidad de actos conmemorativos en todo el territorio nacional cuya razón de ser quedó olvidada al concluir la ceremonia.
La pregunta que en verdad deberíamos hacernos –como sociedad— es si éste es un buen país para ser mujer. Eso deberíamos estar discutiendo y actuar en consecuencia. Exigir políticas públicas que faciliten la vida de las mujeres y les permitan un mayor acceso a los recursos.
El secretario general de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon, atinó perfectamente en el diagnóstico: “La igualdad entre los géneros y el empoderamiento de la mujer están ganando terreno en todo el mundo. Son más las Jefas de Estado o de Gobierno que nunca antes. Son más las niñas que asisten a la escuela y que crecen con un mejor nivel de salud y en mejores condiciones de realizar su potencial. Pese a este impulso, falta mucho para que pueda decirse que las mujeres y las niñas gozan de los derechos fundamentales, la libertad y la dignidad”.
Cito un dato que nos debería llenar de indignación: el 35% de las mujeres mexicanas sufre violencia física. Una de cada tres.
Según el Foro Económico Mundial, en materia de desigualdad de género México tiene importantes problemas en el mercado laboral –sobre todo en el acceso al trabajo y en la inequidad del salario pagado a hombres y mujeres–. Ocupamos la posición 109 entre 135 países examinados.
El ingreso a cargos políticos tal vez continúe siendo uno de los campos más inequitativos y en donde el acceso para las mujeres es más difícil. Sin mencionar el tema de las famosas “juanitas”, únicamente 23 por ciento de los diputados locales del país son mujeres, menos de uno de cada cuatro. En primer lugar de la lista negra se encuentra Nayarit, en donde sólo hay tres mujeres en un Congreso con 29 lugares. No muy lejos están Michoacán, Puebla y Guerrero.
El secretario general de la ONU concluyó su mensaje con una verdad que no por evidente es menos necesaria de señalar: “la energía, el talento y la fuerza de las mujeres y las niñas son el recurso natural no aprovechado más valioso de la humanidad.”
Con todo, algo está cambiando en este país. En la actualidad, por ejemplo, hay más mujeres que hombres estudiando en la universidad. Signo inequívoco de que el futuro será diferente.
Sin embargo, la pregunta sigue en el aire, ¿es México un buen país para ser mujer?
Publicado en SinEmbargo.mx, 12 de marzo de 2012
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