Revista Cultura y Ocio

Un caballero en Moscú de Amor Towles

Publicado el 08 junio 2024 por Juancarlos53
Un caballero en Moscú de Amor Towles

Mi excelente amiga y bloguera, Rosa Berros Canuria, me dejó en el comentario que escribió a mi reseña de "El mago del Kremlin" de Giuliano da Empoli un mensaje que textualmente decía: "acabo de leer Un caballero en Moscú que no tiene nada que ver con este, más que el hecho de estar ambientado en Moscú, si bien lo está entre los años 1922 y 1954. El autor, Amor Towles, es estadounidense. Eso también puede ser una coincidencia, alguien extranjero que se sumerge en las costumbres y la forma de vida rusas. Te lo recomiendo si no lo has leído."
Como veis su recomendación no cayó en saco roto. He leído la novela y me ha gustado, quizás algo menos de lo que presuponía, pero sí que es una obra que se lee bien y que muestra la evolución de un ser humano en un contexto muy complicado, lo buena persona que él es, su sabiduría en todos los aspectos de la vida (literatura, saber estar, música, relaciones humanas y adaptación a las circunstancias cambiantes de la vida)...


El autor realiza una crítica tranquila y sosegada del sistema soviético, en especial de la época estalinista. Muestra con ironía y humor las colas, la escasez, el fracaso de los planes quinquenales, la estupidez derivada de un igualitarismo excedido y excesivo, la destrucción de obras de arte del pasado por el mero hecho de haber sido realizadas por una clase dominante, etc., etc. Por contra, el aire fresco Amor Towles parece referirlo, dejando a un lado, claro, los afectos humanos, al sistema americano, a los EEUU: los periodistas norteamericanos son agradables, simpáticos y con ellos el protagonista puede hablar de cualquier cosa, los empresarios estadounidenses que quieren introducir sus negocios en la URSS sufrirán por la dejadez y falta de estímulos de los funcionarios soviéticos que deben aprobárselos, los agregados de la embajada americana es personal amigable, etc.

"Comprendiendo que un hombre debe dominar sus circunstancias para que éstas no lo dominen a él, el conde pensó que valía la pena plantearse cuál era la mejor manera de conseguir su objetivo, tras haber sido condenado a un confinamiento de por vida."

"Mishka se dirigió a la Casa Central de Escritores, pasó por delante de la estatua de Gorki donde antaño se había erigido la pensativa estatua de Gogol

en 1934 Stalin convenció a Gógol, que se había instalado en Italia, para que regresara a Rusia, y le ofreció la mansión de Riabushinski, desde donde podría presidir la consagración del Realismo Socialista como único estilo artístico de todo el pueblo ruso. "¿Y cuál ha sido la consecuencia?", le preguntó Mishka a la estatua. Todo se había echado a perder. Bulgákov llevaba años sin escribir ni una sola palabra. Ajmátova había abandonado la pluma. A Mandelstam, que ya había cumplido su condena, habían vuelto a detenerlo. ¿Y Maiakovski? ¡Ah, Maiakovski"

"En la isla de Creta, Teseo tuvo a su Ariadna con su mágico carrete de hilo para salir sano y salvo de la guarida del minotauro. Por las cavernas donde habitan sombras espectrales, Ulises tuvo a su Tiresias, del mismo modo que Dante tuvo a su Virgilio. Y en el Hotel Metropol, el conde Aleksandr Ilich Rostov tenía a una niña de nueve años llamada Nina Kulikova"

  • "una vez aclarado que no es necesario que os molestéis en recordar el nombre del príncipe Petrov, debería comentar que, pese a la breve aparición del individuo de cara redonda y con entradas del próximo capítulo, a él sí deberíais conservarlo en la memoria, ya que años más tarde tendrá un papel muy importante en el desenlace de esta historia."
  • "Pero. . . Un momento. Nos estamos adelantando a los acontecimientos."
  • "Al leer esto, quizá estéis tentados de preguntar, con cierta ironía, si el conde Rostov, que se jactaba de ser una persona con dignidad, se permitía escuchar las conversaciones privadas de los comensales. Pero vuestra pregunta, como vuestra ironía, estarían fuera de lugar. Porque, como sucede con los mejores sirvientes, los camareros competentes tienen que oír lo que se dice a su alrededor."

"Es que hay otro suceso que todavía no he relatado: mañana hará diez años que, mientras yo estaba en París dejando pasar el tiempo, mi hermana falleció.

-Las jóvenes sólo mueren de pena en las novelas, Charles. Murió de escarlatina."

"Así que, a la manera de aquel que en el Génesis ordenaba "Hágase esto" o "Hágase lo otro" y se hacía, cuando Soso [Stalin] declaró: "La vida ha mejorado, camaradas", la vida. . . ¡mejoró!"

"Los bolcheviques no sólo trataban la misma clase de temas un día tras otro, sino que además manejaban unas opiniones tan reducidas con un vocabulario tan limitado que, inevitablemente, tenías la sensación de haberlo leído todo antes. Hasta que llegó al quinto artículo, el conde no se dio cuenta de que, de hecho, ya lo había leído todo antes."

También existe humor blanco, quiero decir, sin referencias políticas o de escasa entidad de haberlas. Este tipo de humor a mí me encanta:

"He visto a taxistas relacionándose con comisarios y a obispos con estraperlistas; y, como mínimo en una ocasión, he visto cómo una joven conseguía hacer cambiar de opinión a un anciano."
Un caballero en Moscú de Amor Towles

Finalizo señalando un recurso en esta narración que ha llamado mucho mi atención. Me refiero a una serie de notas a pie de página que aparecen en algunos momentos de la narración; en ellas el propio narrador se explaya sobre algún aspecto del propio relato de ficción que está escribiendo. Con este recurso parece querer dar aspecto de realidad comprobable a la pura ficción que la novela es. En estas notas, a veces se introducen verdaderos datos históricos que refuerzan la crítica al sistema soviético que en el fondo realiza el autor de este libro. Un ejemplo de esto es la referencia que en nota aparte hace el narrador cuando Nina, voluntaria e idealistamente, contribuye a la colectivización de las producciones agrícolas. Tras arrebatárselas a los kulaks (propietarios que eran quienes sabían trabajarlas) las tierras bajaban continuamente su producción y la hambruna se extendió de modo imparable. Para evitar que se conociera este estado de cosas "los campesinos tenían prohibido entrar en las ciudades y los periodistas de las ciudades tenían prohibido ir al campo; se suspendió el reparto de correo privado y se taparon las ventanas de los trenes de pasajeros."

Ya lo he dicho al principio, la novela me ha agradado mucho. Es una novela distinta, crítica, histórica, con toques de humor, con variadas referencias culturalistas, que muestra la producción de un relato haciéndose, con variadas referencias metaliterarias... Una novela en la que la literatura sale reforzada por encima de todo.

Tras finalizarla, me he enterado de que existe versión televisiva de la novela. He visto dos entregas de las seis o siete que forman la serie y diré que me parece muy fiel al relato novelesco. Sin embargo creo que la novela es muy superior a la versión fílmica o al menos así me lo ha parecido a mí hasta el momento.

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.- Con Un caballero en Moscú de Amor Towles cumplimento la letra T del Reto 'Autores de la A a la Z'

Un caballero en Moscú de Amor Towles

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