19 de Septiembre 2013
Plaza & Janés
378 Pág.
17.90€
Hace seis años, Lilibet Harewood y lord Rolan Penhallow estaban enamorados, pero él se vio obligado a abandonarla sin decir una palabra. Tras mucho tiempo sin noticias, Lllibet cedió a las presiones familiares y se casó con lord Soberton, un hombre cruel con el que tuvo un niño. Ahora Lilibet ha decidido huir con su hijo, de cinco años, a un castillo italiano donde piensa permanecer oculta. Entretando, ante una peliaguda situación personal, Roland opta por alejarse de Londres y retirarse por una temporada a la Toscana. Ninguno se imagina que sus caminos volverían a encontrarse. Mientras ella lucha por comportarse como una dama, él no está dispuesto a dejar pasar esta nueva oportunidad de recuperar a la mujer que nunca dejo de amar.
A principios de mes aterrizaba en España una nueva autora dentro del género histórico: Juliana Grey y su serie Romances a la luz de la luna. La primera historia, Una dama nunca mienteme gustó bastante pero desde el primer momento los personajes de esta segunda novela se perfilaron como mis favoritos. De entrada hay algo que no ha terminado de gustarme, por lo que veo la autora ha decidido narrar las tres historias en el mismo lapso temporal. Tres libros diferentes que ocurren al mismo tiempo. Esto tiene su parte buena y es que las tres parejas se conocen o se reencuentran y viven su relación simultáneamente. Pero también tiene otra parte y es que la autora narra tres veces las mismas situaciones desde diferentes puntos de vista. ¿A qué me refiero? La llegad a la posada, el encuentro en el castillo, la famosa apuesta...todo eso lo vivimos en la primera novela de la mano de sus protagonistas y la volvemos a vivir en esta ocasión de mano de Lilibet y Rolan. A mí particularmente me ha resultado un poco cargante, tengo buena memoria y la anterior novela fresca en mi mente, repetir lo mismo me ha resultado innecesario. Fuera de eso, me he encontrado con una novela preciosa. Lilibet me gustó en un principio por ser una mujer que había amado y había sido rechazada, a partir de ahí su vida se había ido al traste casándose con un hombre malvado que le hacía la vida imposible pero que le había dado lo mejor de su vida: a su hijo Phillips. Lilibet se muestra como una mujer asustadiza en un principio, siempre atenta a que su esposo no descubra su paradero. Pero al mismo tiempo cuando se reencuentra con Rola, su amor de juventud, renace una nueva mujer.
Toda la historia se va desarrollando en el castillo en la Toscana, entre la apuesta de que los tres caballeros y las tres damas no confraternizaran y naciendo al mismo tiempo la primera historia de amor. Habrán muchos reproches y desconfianzas entre la pareja pero también muchas ganas de encontrar la felicidad y en el caso de Lilibet de salir del horror que ha sido su matrimonio.Quizás si he notado que en esta ocasión los personajes secundarios se quedan un poco más aparte para dar todo el protagonismo a Lilibet y Rolan, más que merecido. Una de las cosas que más me han gustado ha sido sin duda el pequeño Phillips y sus escenas con la pareja, muy tiernas. Así como todo el ambiente mágico que rodea al castillo.
Resumiendo, Un caballero siempre es curioso continua la estela de la primera novela. Una historia sencilla pero muy tierna, dulce y con momentos divertidos. Una novela llena de amor, momentos duros y mucha esperanza. Sin duda la autora sabe como hacer llegar los sentimientos al lector y esto hace que se lea la historia de una sentada. Ahora a esperar el cierre de la serie en 2014 con Un duque nunca se rinde.