Por mucho que un trabajador no esté a gusto y satisfecho en su empleo, en la mayoría de los casos no hace nada por remediarlo. Los motivos pueden ser el temor a la inestabilidad laboral, la desidia o bien, la dificultad para encontrar el momento adecuado. Lo que sí es cierto es que encontrarse atascado en un trabajo que no nos satisface, ya es motivo suficiente para relaizar un cambio laboral y profesional.
El momento más adecuado es durante las vacaciones, ya que es el momento en que uno se siente más ralajado disfrutando de la familia y de los amigos y con la mente más fría a la hora de tomar decisiones. Por lo tanto lo mejor es, aunque no estemos a gusto, tener paciencia y esperar a las vacaciones para tomar una decisión y lograr una mejor situación laboral y profesional que nos ayude a llevar nuestra labor con un mayor optimismo y un futuro esperanzador.
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