Como a la mayoría le debe suceder, mis primeros trabajos son de la época del colegio en la asignatura que se llamaba "Pretecnología" y en el instituto en la materia de "Hogar". Conservo muchas de estas labores y alguna incluso la he puesto de atrezzo en fotografías de mis actuales trabajos. Aquí os dejo una muestra con esta foto de uno de mis portadocumentos sobre un mantelito que hice en el colegio cuando estaba en 4º de E.G.B.
Sigamos, dejamos el resto de trabajos del colegio y damos un salto al invierno de 1994, a punto de cumplir 23 años. Recuerdo que tenía ganas de hacer algo con mis manos, que me mantuviera entretenida. Mi madre me aconsejó el punto de cruz y juntas fuimos a una mercería. Todavía no había llegado el boom de esta técnica, al menos donde yo vivía, y nos costó trabajo encontrar gráficos. Solamente había los tradicionales con dibujos demasiado simples y esquemáticos. Y compramos un par de revistas que exprimí al máximo. Lo primero que hice fue este mantelito que por supuesto conservo.
Nunca hice las servilletas, no por desgana, desde el primer momento dije: las servilletas no las hago, al final nunca se usan.
Como veis, la revista es de las básicas.
Bordar el mantelito se me hizo un poco monótono y quise improvisar mezclando colores y dibujos muy variados para hacerme una bolsa. Usé tela de saco, la arpillera de toda la vida, pues ese puntito rústico siempre me ha gustado. Mi madre me ayudó a montar la bolsa y a la pobre la obligué a sacar la máquina de coser que tanto odiaba de un armario, esa máquina que pesaba tantísimo y que ella tenía casi olvidada. Aunque me encantaba mi bolsa apenas la usé, pues tenía algunos defectos importantes que hacían que fuera incómoda. No obstante, bien que decoraba mi cuarto. Actualmente la conservo, pero guardadita en una caja. La bolsa la podéis ver en esta foto de hace 20 años que con algo de pudor publico después de pensármelo más de dos veces.El punto aún era irregular y yo solita iba descubriendo la mejor manera de hacer las cruces.
Venga, sigamos, que vamos por la mitad de la historia. A continuación hice una cosa que todavía no me explico cómo se me ocurrió ni cómo fui capaz. Hice de nuevo esta misma bolsa pero sobre tela aida para regalársela a una amiga, así que quedó igualita pero en tamaño reducido. No hace mucho mi amiga me contó que todavía conserva la bolsa, os imaginaréis la ilusión que me hizo saberlo. Y como yo siempre he hecho fotos de mis cosas, aquí la podéis ver.¡¡Y ese edredón imitación de patchwork, más sabor a finales de los 80 no puede tener!!
A estos trabajos de punto de cruz le siguieron muchos otros del mismo estilo (cuadros, fundas de gafas, cojines, bolsas de aseo...). Poco a poco se fueron enriqueciendo en matices, pues no solo aprendía mejor la técnica, sino que al fin llegó el bombazo del punto de cruz y los kioscos y librerías se llenaron de revistas y libros con gráficos maravillosos. Muchos de los trabajos los regalé a amigas y a la familia, pero conservo y uso con mucho cariño este conjunto de bolsas de aseo que más de un quebradero de cabeza me supusieron. Recuerdo que me planteé qué tamaño debería tener el forro, cómo le podía dar resistencia a la base y sobre todo: qué cierre ponerle. Finalmente lo solucioné como buenamente pude con un lacito. Si quieres ver algunas de estas labores de punto de cruz pincha aquí.Primero hice la bolsita alargada para guardar los peines y cepillos, luego le añadí esta otra boslita más cuadrada.
Hice dibujos diferentes en cada cara.
Ahora me doy cuenta de que siempre he sido detallista y en los laterales bordé estas florecitas.
Ahora damos otro buen salto en el tiempo, pues estuve entretenida con el punto de cruz hasta finales del año 2008, cuando leí un cartel en la puerta de una mercería: "Se dan clases de corte y confección". ¿Cómo no se me había ocurrido antes? Siempre me había atraído este mundo de la costura y las labores, siempre había dicho: me encantaría hacerme mi propia ropa, pero nunca me lo había planteado en serio. Me traje la pesada máquina de coser de mi madre y comencé otra etapa haciéndome ropa: la típica falda con la que todas comenzamos, un vestidito para el verano, un conjunto con esa tela tan mona y tan baratita..... Tengo fotos de todo, pero el pudor me puede. Lo que sí os quiero enseñar es mi primer bolso. ¡Lo que disfruté haciéndolo! Lo he usado muchísimo y aún le queda recorrido, pues continúa intacto.Por un lado bordé flores en colores muy alegres.
Mi gotita aún no había llegado, así que puse mis iniciales.
Y por el otro lado bordé las típicas muestras que se suelen hacer para aprender a manejar la aguja, pero al ser en colores tan alegres y variados me pareció que daba un resultado espectacular.
Tras este bolso vinieron otros, además de fundas para todo, ideas varias e inventos más aún, tantos que mi marido me animó a abrir este blog al que decidí llamar "Unas gotas de Rocío" porque realmente pienso que cada persona es una esencia compuesta por múltiples gotas de aromas diferentes.El camino de momento se ha completado con el patchwork y no sé hacia dónde me conducirá, pero si tú hasta este punto de esta extensa entrada has llegado te doy las gracias por tu paciencia y tu compañía. ¡¡Un beso a todas!!