1.- Trabaja para conocerte.-
Conocerte significa tomarte el tiempo de conectar con lo que crees, piensas, sientes, y eres, más allá de lo que les gustaría a otros. Si sabes quien eres te reconocerás en tus actos y te responsabilizarás de ellos.
2.- Decide tu libertad.-
Sentirse libre
“poder hacer lo que a cada quien se le antoje”.
3.- Ábrete al amor.-
No existe la realización personal sin la capacidad de sentirse amados y de amar intensa comprometida y desinteresadamente. Ábrete al interés por el bienestar de otros, ya sea tu hijo, madre, pareja, vecino o alguien desconocido. Estoy convencido de que para llegar a la meta es imprescindible que seamos capaces de cosechar, por lo menos una relación con alguien que no solamente sea importante para nosotros sino que además consiga hacernos saber que somos importantes para él, alguien a quien podamos querer y sentirnos queridos aun en los desencuentros.
Alcanzar la meta
4.- Deja salir la risa.-
No olvides reír, a pesar de tus limitaciones o de las restricciones que te son impuestas. Reír para poder actuar con más tino y no para renegar o huir de los problemas. La risa sana, la que no se usa para burlarse de los demás, tiene un efecto sanador. Sonríe cuando sea sencillo y también cuando te cueste, aprenderás así que puedes conseguir que nada arruine tu alegría, ni siquiera la tristeza de llorar de vez en cuando por algo doloroso.
5.- Aprende a escuchar.-
Como dice el Talmud: “Tenemos dos oídos y una sola boca para recordar que debemos escuchar el doble y hablar la mitad”. Hablo de la activa y comprometida escucha que analiza y comprende sin juzgar. A menudo despreciamos lo que ignoramos por miedo a reconocer nuestro desconocimiento. Si aprendes a escuchar lo que otros ven en tus actitudes y dicen de ti, conocerás los aspectos de tu persona que están escondidos en lugares ciegos de tu propia mirada.
6.- Aprende con humildad.-
Tener la capacidad de aceptar lo mucho que tenemos que aprender y sentirnos agradecidos por quienes nos enseñan la parte del camino que nunca recorrimos. Acepta que nadie es dueño de la verdad, en todo caso, puedes acceder, y solo por momentos, a pequeños retazos de ella, reflejos de una verdad mayor.
7.- Se cordial siempre.-
Recorrer el camino
Exterioriza tu sonrisa interna (la del buen humor) y compártela generosa, incondicional e indiscriminadamente. Somos responsables de evitar el maltrato cotidiano a que nos sometemos mutuamente (el mal genio, la falta de educación o cordialidad…). Debes crecer en el respeto a los demás y no hacer pagar a otros el precio de tu frustración o fastidio así como esquivar las quejas de quienes viven enfadados con su propia existencia y buscan cómplices de su amargura.
8.- Ordena lo interno y externo.-
Para llegar a destino y no perder el rumbo hace falta privilegiar lo importante sobre lo accesorio, hace falta ser pacientes en nuestras demandas y priorizar las grandes cosas sobre las menudencias. La libertad y la capacidad de dejarse influir no están reñidas con poner en orden algunas cosas. Si pretendemos terminar ocupándonos de todo, es imprescindible empezar por poner en su lugar lo primero antes de ocuparnos de lo último.
9.- Sé un buen vendedor.-
Cada uno de nosotros tiene un producto para vender, nosotros mismos. Vender en este caso no significa “venderse” sino hacer llegar a los demás la mejor información de cómo soy y actúo. Es muy diferente despachar lo que nos piden buscando en la estantería por si lo tenemos en stock que ofrecer de manera atractiva lo que tenemos que dar.
10.- Elige buenas compañías.-
Escoge bien a tus compañeros de ruta y hazlo con el corazón y no con la cabeza. Vivimos en una sociedad competitiva y consumista que dificulta el disfrute de quienes nos rodean. Vivimos en la prisa, buscamos el placer inmediato. Demasiado a menudo, queriendo acapararlo todo, nos perdemos a nosotros y a los demás, prescindiendo del placer de compartir las cosas con nuestros amigos.
11.- Actualiza lo que sabes.-
El deseo de aprender cosas nuevas puede llevarte a dejar de lado lo que alguna vez supiste o dominaste. En un mundo que evoluciona con tanta rapidez este hecho podría dejarte en la situación de quien nada supo y nada sabe. Conviene actualizar tus conocimientos, lo que sabes, es decir, revisar, descartar, descubrir completar y mejorar lo que siempre tuviste como cierto. Y acometer este trabajo sin prejuicios.
12.- Sé creativo.-
Si despiertas tu lado más creativo y descubres que los hechos siempre tienen aspectos nuevos, te sentirás motivado para buscar respuestas innovadoras. Tal vez, cometas más errores, pero eso te ayudará a crecer y a enriquecerte. La creatividad te ayudará a encontrar nuevas respuestas a viejos problemas o a adaptar viejas respuestas a problemas nuevos.
13.- Aprovecha el tiempo.-
Sería maravilloso poder disfrutar siempre de la sorpresa que significa estrenar cada día un nuevo e imprevisible presente un presente eterno y renovable. Cada día te ofrece 86.400 segundos para ti, pero no sabes cuánto durará este saldo de tiempo diario a tu favor. Es tu responsabilidad invertir cada segundo en conseguir lo mejor para ti y para lo que amas.
14.- Evita adicciones y apegos.-
Siempre que alguien recorre un camino largo, atraviesa momentos difíciles en los que parece que lo más fácil sea abandonar, olvidar el objetivo. Debes aprovechar estos momentos difíciles en los que parece que lo más fácil sea abandonar, olvidar el objetivo. Debes aprovechar estos momentos para detenerte a revisar tu equipaje, para descubrir el peso que sobra e impide tu marcha. Es absurdo cargar con lo pasado, con lo viejo, con lo rancio, con lo que ya no te sirve…¡Y cuesta arriba! Piensa que lo que una vez te sirvió puede que ahora ya no sea útil.
15.- Evalúa los riesgos.-
Respeto
16.- Aprende a negociar.-
Aprender a negociar es útil sobre todo en las relaciones comerciales, pero no en otras. No creo que la medida de las relaciones interhumanas sea lo que seamos capaces de ceder sino lo que somos capaces de compartir. Nadie debe compensarte por aquello que das con el corazón, tu recompensa es poder darte y nada hay para “negociar” solamente en los negocios, en los litigios, en los conflictos, pero no en tus relaciones personales.
17.- Iguala sin competir.-
El éxito en los resultados no demanda que seas el mejor sino que actúes más adecuada, eficaz o sabiamente que la mayoría. Te propongo que trabajes para aumentar tu idoneidad y volverte más competente pero menos competitivo.
18.- No le temas al fracaso.-
Al conocimiento interno que lleva el desarrollo personal solo se accede con la experiencia cotidiana de vivir y de equivocarse. Si haces algo bien a la primera, halagarás tu vanidad, pero no aprenderás nada, en todo caso, ya lo sabías. Si para ti lo más importante es aprender y crecer, equivocarse será una parte importante y deseable del proceso.
19.- Vuelve a empezar.-
Este paso se llama “volver a empezar”, pero no en el sentido de hacer lo mismo otra vez, sino en el sentido del retorno, del retroceso, de caminar hacia el lugar donde erramos. Comenzar de nuevo y no otra vez, llevando contigo lo que aprendiste cuando te equivocaste para enfrentar los nuevos errores que surjan en tu nuevo trayecto. Volver con la conciencia de que ahora, ni siquiera tú serás exactamente quien eras.
20.- No dudes del resultado.-
Es importante que confíes en tus habilidades, dones y posibilidades para lograr tus objetivos, y que te rodees de personas que te transmitan su confianza. Cualquiera puede lograr todo lo que de verdad pretende si abandona la urgencia, si persevera y es congruente con su propio deseo. Es la certeza del resultado final lo que te dará la fuerza para seguir luchando por lo que crees.